°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°°
Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ
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Sonaba y sonaba, pero la contestadora aparecía. Suspire tembloroso y volví a intentarlo, aplastando con nervios la punta del cojín en mi regazo
— Por favor, contesta. Por favor, Ur... —un agarrón en mi muñeca me obligo a quitar el celular de mi oreja. Naki lo tomo y corto la llamada, dejándolo sobre la mesa ratona con delicadeza— ¡Oi!
— ¡¿En que estabas pensando?!, ¡¿Donde tienes metida la cabeza?!. ¡Abre los ojos de una vez, Kai! —cerré los ojos con cansancio, rechinando los dientes— ¡Deja de hacer lo que te plazca sin pensar en las consecuencias!
— ¡Maldición! —me levante del sofá con brusquedad— ¡Cierra tu estúpida boca por un maldito segundo! —suspire profundo para calmarme, los gritos y la discusión no llegarían a nada— Escucha
— No, tu escucha —se acerco, apuntándome directamente mientras sus ojos enfurecidos no dejaban de mirarme— Soy el responsable de ti, cualquier cosa que hagas, buena o mala, va a pasar ante mi luego. Yo debo decidir que hacer, eres menor e inconsciente, yo debo ocuparme de ti. Tus padres confían en mi —rodé los ojos, cruzándome de brazos
— Lo siento, pero yo no pedí nacer, así que hubiese cerrado las piernas
— ¡Kai! —apreté mis manos en puños, dirigiéndome a la cocina, quería escapar de aquel ambiente, aunque no iba a ser tan fácil. Sus pasos me siguieron— Debes entender que lo que hiciste fue algo completamente peligroso e idiota —tire mi cabeza hacia atrás— Es un simple capricho que pasara con el tiempo —reí forzosamente, apoyando con brusquedad la botella en la mesada a un lado de mi
— ¿Un simple capricho dices?, tu no sabes nada —levante mi mirada para verlo fijo— ¡Mientras estoy aquí perdiendo el tiempo, Urie podría estar en peligro por mi maldita culpa!
— ¡O probablemente este guiando a sus compañeros hasta aquí para matarte!
— ¡Jamas me lastimaría!
— ¡No sabes eso!, ¡Es uno de ellos!
Apreté mis labios, no tenia nada para objetar con respecto a ello. No importaba lo que dijera, eso no cambiara el hecho de que Urie era un investigador, uno que probablemente fuera ascendido o despedido, esa era la gran incógnita que me carcomía mientras oía el tic tac del reloj en la pared, torturándome.
Suspire profundo y acerque la botella a mis labios. Los de Naki-San se movían mientras me hablaba, la expresión de enojo no parecía suavizarse sino que aumentar. Todo se había jodido, yo estaba jodido
— Se acabo —lo mire de soslayo con curiosidad— Si no terminas con esto, yo lo hare —ladee mi cabeza y fruncí el ceño
— ¿A que te refieres? —me miro con seriedad
— Sabes bien a lo que me refiero —me senté correctamente, alzando mis cejas— No permitiré que los nuestros estén en peligro —gruñí
— Entiéndelo, de una vez por todas —pase una mano por mi cabello, tirándolo hacia atrás— Sera una paloma, tendrá una quinque, todo lo que tu creas es cierto, pero él jamas... jamas tocaría un solo cabello que me involucrara —mire la botella en mi mano— Lo he estado escondiendo por casi dos años, lo supo todo desde el principio. Escucho cada palabra así como yo escuche las suyas —sonreí de lado— Mi intención era que en ese momento me reportara y asesinara, pero... fue tan diferente que antes de que pudiera arrepentirme yo solo... —suspire profundo— Como sea, no cambiara nada, ¿Verdad?
