Me apoyaba en la pared al caminar, dejando un rastro de sangre que provenía de mi brazo a medida que me alejaba. Mis manos manchadas con el mismo liquido no paraban de temblar, las lagrimas se habían secado en mis mejillas, y mi mirada se encontraba perdida en las grietas del suelo, torturándome por lo que acababa de suceder.
Había perdido el control, sabia que estaba mal, pero no me detuve. Sus manos intentaban alejarme, haciendo un gran esfuerzo para no dañarme, pero tuvo que hacerlo, no tenia alternativa, si no me mataba, el resultado seria fatal para ambos. La culpa y el dolor se sentarían en mis hombros, recordándome con cada paso los pesos que se mantenían fijos en mi. Sus ojos aun brillaban con comprensión y calidez, era la misma mirada que siempre me dirigía cuando hablábamos o simplemente nos encontrábamos solos, ese bello color oro pálido me perseguiría en los momentos de soledad, atormentándome con los hechos recientes, detallando hasta los gritos, los sollozos, y el sonido de nuestros cuerpos impactando contra el suelo, los cuales no me dejarían respirar, haciendo presión en mi pecho como si una roca gigante estuviera sobre mi, quebrándome poco a poco hasta lograrlo por completo.Su aparición había logrado que sus voces regresaran a mi mente, al igual que los momentos vividos, pero me negaba a traerlos de vuelta. Mi decisión estaba tomada, no hacia falta replantearla, tenia suficientes pruebas para creer aquello, y con mi propia existencia era más que suficiente.
Madre, ¿Como es que la felicidad alumbraba cada poro de tu piel al verme?. ¿Como pudiste permitir que me acercara a ellos?.
Padre, ¿Porque te esforzabas tanto por enseñarme todo lo que tu sabias?. ¿Porque no te deshiciste de mi mientras aun no era tarde?.
Naki-San, si te lo hubiese pedido, ¿Me habrías torturado?. ¿Me habrías dañado tanto como yo lo hago con ellos?.
Nadie elige su vida o su manera de vivirla, pero creo que si la mía estuviera en sus manos podrían haber hecho lo que fuera mejor para todos. Acabar con la enfermedad antes de que creciera era lo mejor para que el cuerpo no comenzara a pudrirse, pero ustedes no tuvieron la fuerza para hacerlo, incluso cuando se dieron cuenta de que solo era una falla, de que algo estaba mal conmigo. No pudieron hacerme desaparecer, y ahora ellos sufrían por eso, yo sufría por eso. Solo pensaron en que un niño jamas podría volverse un monstruo, ignoraron todas las señales creyendo que todo cambiaria, ocasionando que también yo lo creyera, pero todo es distinto. Nada cambio, y ya había perdido la esperanza en que lo hiciera, porque era tarde, demasiado tarde para mi.
— El mundo funciona con poder. Todo es determinado por el poder superior. Eres débil, Kai... —me apoye en la pared, deslizándome hacia abajo, haciendo presión con mi mano en la herida que sanaba lentamente— Por eso perdiste. Por eso decidiste ser un títere. Por eso dejaste de resistirte... —cerré los ojos, apoyando mi cabeza en la pared— Por eso... —apreté mis labios en una fina linea antes de volver a susurrar, acompañando las palabras con un jadeo de dolor— Por eso le hiciste daño a Yukio
Agache mi cabeza, cerrando mis ojos con fuerza, y deje escapar un grito desde el fondo de mi garganta.
Dolor, tristeza, ira, frustración...
Las emociones que pesaban en mi pecho fueron expulsadas de manera violenta, dejando una sensación de ardor latiendo en mi garganta.
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☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣
Fanfiction°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°° Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ