«Tridtsat' pyat'»

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Deslice mi mano por la pared a medida que caminaba, manchando mis dedos con la sangre que algún cuerpo había dejado al arrastrarse en ella

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Deslice mi mano por la pared a medida que caminaba, manchando mis dedos con la sangre que algún cuerpo había dejado al arrastrarse en ella.
Sonreí, llevándolos a mi boca para saborear aquel espeso liquido, inclinándome hacia delante cuando el pasillo doblo y un charco de sangre apareció. Una paloma estaba allí sentado, sudando debido al dolor mientras sostenía con ambas manos su estomago, ejerciendo fuerza para detener la hemorragia

— Boo

Se sobresalto al oírme, girando su cabeza con algo de rigidez hacia mi. Sus ojos se abrieron como platos y su boca se abrió dispuesta a soltar un grito que quedo atascado en su garganta cuando me abalance sobre él, haciendo aun más grande el hueco en su cuerpo con ayuda de mis manos.

Rei, masticando cada parte suya que lograba arrancar con locura. Pequeños trozos y gotas caían, arruinando el impecable traje, pero no era momento de preocuparme por ello, de igual modo acabaría arruinándolo

— ¡Tomori! —me acerque a su nuca, oyendo los pasos— ¡Oi, Tomori!

Levante mi cabeza, girándola hacia un costado. Por lo pude contar, un pequeño grupo de cinco palomas se paralizaron al verme, fijando sus ojos inundados de horror en el cuerpo de su compañero.
Moví mis ojos entre ellos, incorporándome

— Ya veo... —apoye mi pie izquierdo en su hombro, estirando mi mano para tomarlo de sus cabellos, tirando con fuerza. Su piel rojiza comenzó a estirarse, sus huesos crujieron, y la sangre broto hacia un costado cuando patee el cuerpo. Sonreí, levantando la cabeza— ¿Buscaban esto?

— Tu... maldito monstruo— hice un saludo militar con una sonrisa burlona

— Ese soy yo

¿Como te atreves...? —fingí una mueca de lastima, acercándome a paso lento

— Lo siento, ¿Herí tus sentimientos? —reí, ladeando mi cabeza— Felicidades, mierdecillas. Me encontraron en mi mejor momento

Mi kagune apareció, y como si de un animal se tratara, dio un zarpazo en dirección a los tres que había delante, quitándoles las quinques y dañándolos lo suficiente como para desestabilizarlos. Salte en dirección a los dos que se escondían detrás, sus piernas temblaban cual gelatina, pero se obligaban a mantenerse firmes, vacilando entre si debían dar el primer golpe o esperar a que yo comenzara

— Demasiado lento, dulzura

Sonreí coqueto, pateando su codo flexionado, aprovechando su momento de agonía debido a la fractura para tomar su quinque con rapidez, la cual simulaba una lanza con una gruesa linea que se enrollaba a su alrededor de un brillante verde oscuro. Hice un giro, enterrando con fuerza el costado del arma en la costilla de la señorita que lagrimeaba de impotencia, deslizándola diagonalmente en un corte limpio y rápido que acabo en su hombro.

Me gire con las manos en alto, pisando la parte trasera de las rodillas ajenas, soltando una risa con cada acción. Grite con esfuerzo, lanzando el quinque a la espalda de un bonito hombre rubio, sentándome bruscamente sobre la del líder del grupo, aquel que había gritado con desesperación el nombre de mi primera victima. Deslice mis manos por su cuello hasta llegar a su mentón, en donde lo tome con fuerza, alzando su cabeza hacia arriba con la misma brusquedad y violencia que corría por mis acciones, sus ojos estaban entrecerrados y de su boca brotaba sangre. Sonreí

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora