Al divisar los automóviles que custodiaban una camioneta grande y
blanca, en donde transportaban algo que desconocía, me coloque en la orilla del edificio guardando las granadas bajo mi ropa y colgando el bolso en diagonal sobre mi pecho, para evitar que se cayera en el momento en el que me moviera.
Me acerque hacia un edificio que se hallaba más cerca de la dirección por donde pasarían los automóviles, y cuando los tuve debajo, salté.Mis rodillas y pies tocaron con fuerza el techo de la camioneta, ocasionando que se desviara un poco del camino. Rápidamente abrí el bolso, sacando una cuerda larga y de material resistente, la cual até un extremo a las dos pequeñas varillas que se encontraban en el borde de la delantera, arriba del capó. La jale con fuerza un par de veces, verificando que estuvieran bien atada, y tome el otro extremo, sosteniéndolo con mi boca mientras me quitaba dos granadas. Le quite el anillo a una, pero sostuve la pequeña manija hasta que el vehículo estuvo a una distancia perfecta de las calles-puentes que se encontraban delante, para que la lanzara.
Estire el brazo hacia atrás, y la lance. La explosión no tardo en suceder, ocasionando que los escombros cayeran, bloqueando el camino. Sonreí y baje mi mascara, saltando hacia uno de los vehículos policiales. Caí en el capó, justo frente al conductor, ladee mi cabeza al mirarlo, saludándolo con un movimiento de dedos, enseñando descaradamente la granada en mi mano. Me gire, estirando mis manos para atar el otro extremo de la cuerda rápidamente en el paragolpes, sosteniendo la granada por el anillo, el cual quite con mis dientes cuando acabe mi trabajo, girándome para ajustarla en el parabrisas, solo que no tuve tiempo de saltar, no estaba sosteniendo la manija, por lo que la explosión ocurrió en pocos minutos, tomándome desprevenido.Mi cuerpo salió disparado hacia la orilla de la acera, impactando contra el borde antes de caer, logre ver a Kaneki correr hacia mi dirección por el rabillo del ojo, su kagune se enredo en mi cintura a la vez que la blanca camioneta rodaba por el suelo.
Me dejo suavemente delante de los vehículos policiales que habían quedado intactos, detrás de los ghouls con caperuzas rojas. Me gire, tomando su ropa para frenarlo— Gracias, Kaneki-San
Asintió, alejándose para volver con Ayato.
Volví mi vista hacia delante, los oficiales estaban con sus armas listas, apuntando hacia nosotros, mire a cada uno con detalle, no eran muchos y por el tamaño de sus armas sus cartuchos no tendrían nada más que 7 o 15 balas.
Los demás se abalanzaron hacia ellos, atacándolos sin piedad. Tantee con mis manos mi torso, logrando notar un bulto, la última granada.
Tome provecho de la situación, arrastrándome por el piso, evitando tocar las piernas que se interponían en mi camino, y cuando llegue a los autos, deje rodar la granada luego de activarla.
Me incorpore, volviendo en mis pasos— ¡Aléjense, idiotas! —solté una risita— ¡Van a volar todos!
La explosión se oyó, y seguido de esa, otra más, proveniente de la camioneta que aun se encontraba tirada en la acera.
Ayato se giró hacia nosotros— ¡Maldición!. ¡De prisa, tómenlo! —las llamas se hicieron más grandes— ¡Dense prisa! —me coloque a su lado, subiendo la mascara para ver como el fuego comenzaba a adentrarse en el vehículo
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☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣
Fanfiction°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°° Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ