«Sorok vosem'»

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Me acerque con un saco negro en mi mano libre, sosteniendo el paraguas sobre mi cabeza para evitar mojarme

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Me acerque con un saco negro en mi mano libre, sosteniendo el paraguas sobre mi cabeza para evitar mojarme. Me coloque a su lado en silencio, su mirada estaba puesta en el monstruo que había a lo lejos rodeando el edificio, una cosa tan grande era difícil de ignorar.

Le tendí el abrigo, dejando de cubrirme las gotas para cubrirla a ella, sonriéndole dulcemente

— Ambos se resfriaran, Touka-San. Tu y el bebé —sonrió levemente, aceptando lo que le tendía, colocándoselo

— Esperemos que deje de llover pronto —codee al peliavellana, quien se había acercado cuando tuvo la oportunidad, dejando que su paraguas nos cubriera a ambos

— La lluvia no es tan mala, un buen baño no te vendría mal —ahora fue su turno de codearme, mirándome con un fingido ceño fruncido

— Cállate, cachorro sarnoso

— ¡Touka-Chan!

Los tres nos giramos, aquella voz provenía de una bella mujer de cabello largo y de un suave tono rojizo. Vestía completamente de negro al igual que la mayoría de nosotros y parecía ser que la pelivioleta la conocía

— Itori-San...

— Te volviste toda una mujer

— ¿Que van a hacer Uta-San y los demás?

Decidí que aquella conversación no me incumbía oírla, por lo que me aleje del paraguas que me resguardaba, mirando con atención durante unos segundos el abdomen de Touka antes de retomar mi camino. Las palabras de Nishiki resonaron en mi mente, ocasionando un ceño fruncido.
Sacudí mi cabeza y pase por un lado de la mujer que respondía al nombre de Itori, chocando su hombro a modo de advertencia. Su repentina aparición no me provocaba una buena espina, pero no la conocía a diferencia de los demás, por lo que debería guardarme mis comentarios para mi mismo.

Sonreí hacia el pelinegro, rodeándolo en un corto y apretado abrazo al verlo. Se encontraba bien a simple vista, aunque un leve aroma a sangre lo envolviera.
Me coloque a su lado cuando nos separamos, al fondo de la multitud con rostros conocidos que prestaban absoluta atención a las palabras que se oían fuerte y claro. Rodé los ojos y lo mire, notando la ausencia de dos personas

— ¿Donde están?, ¿Están heridos?

— Descuida, están en casa —me miro, corriendo el cabello que caía por mi rostro— Ron presentaba algo de fiebre cuando logramos estar fuera de peligro

— Bien, eso basta. Vámonos

Tome su mano, jalándolo para que comenzara a caminar. Aunque no quiera verme y hayan altas probabilidades de que me impida la entrada hacia su habitación, de igual manera estaría al tanto de cada cambio de temperatura en su pequeño cuerpo.

No lo había visto desde el ataque y necesitaba saber como habían ido las cosas, si hubieron dificultades o algo fuera de control.
Tomaría la oportunidad que se me presentara para acercarme a él, por más que mi decisión había sido lo contrario

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora