— Por favor, bésame
Quizás, fue inconsciente. Quizás, pensé que Ayato solo lo decía con burla, aunque no haya notado el tono en su voz, y debido a eso aquellas palabras abandonaron mis labios antes de que pudiera procesarlas, pero no importaba el porque, lo había dicho.
Su lengua acaricio provocativamente mi labio inferior, esperando alguna reacción negativa de mi parte. Apoye mis manos en sus rodillas, inclinándome, haciendo que nuestros labios choquen con suavidad brevemente.
El peliazul los capturo, acercándose a mi, ocasionando que volviera a quedar apoyado contra la pared. Mis manos subieron a su pecho, atrayéndolo por la ropa mientras correspondía el beso, oyendo los chasquidos que hacían nuestras bocas al separarse, encontrándose segundos después. Su lengua se adentro a mi cavidad, rozando gentilmente la mía.
A pesar de su manera de tratarme, Ayato, en este instante, estaba siendo dulce conmigo. Nuestras lenguas se enredaban, como si se estuvieran conociendo, ocasionando un estremecimiento en mi cuerpo, ansiando más contacto.
Mis dedos se colaron por sus hebras azules, deslizando mis manos a su nuca, acariciando suavemente su piel. Ladeo su cabeza, roce mi lengua contra sus dientes por ultima vez, tomando entre los míos su labio inferior, mordisqueándolo sin llegar a dañarlo.
La mano que Ayato mantenía en mi cadera la deslizo por mi espalda baja, rodeándola, pegando su cuerpo con el mio.Bajo mi toque, su piel parecía estar a la misma temperatura que la mía, podía sentir el calor, el cual parecía haberse acumulado entre ambos debido al beso que compartíamos, humedeciendo nuestros labios gracias a la saliva contraria mientras las mordidas inocentes en ellos comenzaban a volverse bruscas, dejando inofensivas heridas que, quizás, demoren en desaparecer.
Tire de su cabello cuando el dolor se hizo presente, seguido del aroma a sangre proveniente de la herida que sus dientes habían hecho. Se separo solo un momento para mirarme, sonriendo de lado cuando sus ojos se posaron en mi boca.
Tomo mi labio inferior entre los suyos, chupándolo, ocasionando que el espeso liquido que estaba por deslizarse fuera consumido. Sujete su nuca, mordiendo y tirando de su labio, sonriendo al oír el sonido que escapo de su boca con aquella acción.Nos separamos con lentitud, regulando nuestra respiración.
Mi mirada se detuvo en sus labios entreabiertos, estaban rojos e hinchados, con un brillo húmedo cubriéndolos. Tenia pequeñas marcas, pero solo algunas eran visibles.
Pose una mano en su mejilla, pasando mi pulgar suavemente por ellos, delineándolos. Se sentía cálido, así como la sensación agradable que Ayato había dejado en mi.
Suspire, mirándolo. Sus ojos seguían fijos en mi desde que nos habíamos separado, los cuales me escaneaban con atención. Me gustaría saber lo que pasa por su mente en este momento, si estará pensando en lo que acabamos de hacer o en lo que pasara después de esto.No veía a Ayato como el tipo de chico que tendría algo con alguien
— ¿En que estas pensando? —parpadee
— ¿Uh? —reí leve, dejando caer mis manos en mi regazo— En esta situación —apoye mi cabeza en la pared— Tu solo... me besas y yo... —se cruzo de brazos
ESTÁS LEYENDO
☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣
Fanfiction°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°° Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ