27. Clandestina.

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Ted se alejó de inmediato en cuanto sintió que el empuje era en serio, la respiración de la chica era agitada, aun así pudo notar como se relajaba ante el hecho de que desistiera de penetrarla sin tener que gritar por ayuda.

—Yo-Yo, lo lamento –soltó apenado.

Se levantó apresuradamente y fue hasta su bóxer, ella se sentó sobre la cama, sonrió al verla, se veía completamente hermosa estando desnuda.

—No te disculpes, te detuviste –murmuró.

—Sí, pero debí detenerme antes, no llevarte hasta aquí y... lo lamento, yo, te dejo sola...

—Teddy –se levantó asustada y fue hasta él, pegando su cuerpo a él.

La erección de su novio se pegó a su piel, al menos ella había alcanzado el orgasmo, suponía que se iría a su habitación a terminar el trabajo él solo.

—Está bien, perdón por el mal rato.

Lily soltó una risita divertida. —Fue todo menos un mal rato –admitió –fue maravilloso, antes del intento fallido de penetración –informó –pero no es tu culpa, en serio quería, pero... una cosa es el juego previo, y con eso estoy bien, lo otro... no.

—Tranquila –acarició su rostro y besó su frente.

—Teddy –soltó en un tono tranquilo, para relajarlo –en serio, estoy bien con lo que hicimos ¿recuerdas lo que te dije con las chicas? –Sonrió –estoy bien, en serio.

—Lo repites demasiado, así que...

Lily lo hizo rodearle la cintura un poco más, avanzó llevándolo consigo hasta la cama y aventándolo de nuevo sobre esta, se subió a horcajadas sobre él, que intentó incorporarse en cuanto su miembro quedó entre los pliegues de su vulva, la joven comenzó a frotarse sobre él, la fricción lo hizo maldecir y cerrar los ojos fuertemente, las suaves manos de la chica sujetaron sus brazos, para colocarlos a ambos lados de su cabeza, flexionó las piernas, era lo único que pudo hacer cuando la chica gimió ante el placer que también estaba sintiendo.

Ted sintió una suave presión más en sus muñecas y sintió el peso de la chica repartirse más sobre él, abrió los ojos, Lily se inclinó más hacia él, quizás al inicio tenía la intención de besarlo, pero se detuvo, tenía los ojos cerrados, los labios separados y sus ligeros gemidos al inicio, estaban dejando de ser poco prudentes, movió sus caderas cada vez más rápido, llevándolo al borde de lo insano, quería dominar aquello, pero no podía, se lo debía por haber perdido el control, así que dejaría que ella se satisficiera como quisiera.

Lily sintió la ola de placer cada vez más cerca, así que se movió cada vez más rápido sobre la erección de su novio, una vez el clímax volvió a golpearla, se recostó sobre el pecho de Ted, soltó sus brazos, que permanecieron en esa posición, no prestó mucha atención, su respiración era agitada y se sentía quizás un poco mareada.

Ted acarició la espalda de Lily con delicadeza, le agradaba que hubiese encontrado su liberación dos veces, pero él seguía sin poder tener la suya, así que lo mejor era ir a su habitación y solucionar el problema, se movió de forma que dejó a Lily recostada sobre la cama, iba a levantarse pero ella lo detuvo de nuevo.

—Pensé que eso te ayudaría, pero vi que no...

—No te disculpes.

—Ted...

—Iré a mi habitación –se inclinó a besarla.

—Genial –masculló enfadada –es bueno saber que yo no te doy el placer que te da tu mano –se cruzó de brazos.

The Sitter [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora