16. El Hombre de las Cavernas.

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Lily rio divertida con los comentarios de Ada mientras jugaban, a pesar de que últimamente estaba teniendo una actitud bastante extraña y no le agradaba para nada, normalmente era encantadora y parlanchina, pero cuando había alguien más, se comportaba un poco grosera y la dejaba de lado, no le daba mucha importancia, al fin era una niña, y como hacía dos semanas que no había visto a Ted Lupin, suponía que era lo que la niña tenía, posiblemente estaba pasando muy poco tiempo con ella también.

—Buenas noches –saludó Lupin entrando al salón.

El corazón de la pelirroja se agitó un momento ¿por qué rayos? Preguntó, pero se limitó a asentir cuando la mirada miel del hombre se posó en la de ella, un poco consternado de verla ahí.

—Ya puedes irte, Lily, tu presencia aquí ya no es requerida –soltó Ada, observándola sobre el hombro, con un semblante frío.

—De acuerdo –sonrió –nos veremos después, señora Andrómeda –se despidió de ella y observó a Ted –señor Lupin, con su permiso.

—Ah, sí, Lily...

—Déjala, papá, ya no tiene nada que hacer aquí, que se vaya.

El varón frunció el cejo, consternado, no comprendía el cambio tan repentino de su hija, había comenzado a ser tan cortante con la pelirroja, pero ella pasaba todo insulto, seguía haciendo su trabajo de manera impecable.

—Te veré el lunes, Ada.

—Como sea.

Lily avanzó hasta la puerta sola, normalmente, él la escoltaba, pero vio la manera en que Ada lo sujetó para evitarlo, así que no dijo nada más, era obvio que no opondría resistencia a quedarse con su hija, sacudió la cabeza ¿por qué quería que la acompañara?

Esa idea era absurda, sacó su celular y llamó a su padre, que no tardó en contestarle.

—Hola, papi –soltó en tono alegre.

Hola, cariño ¿qué ocurre? –cuestionó.

—Tengo un montón de trabajos para la universidad, acabo de terminar mi horario y ¿te molestaría si me quedo con Audrey esta noche?

Lily, sabes que...

—Ya sé, pero entre las dos avanzaremos más rápido, por favor –suplicó en tono dulce.

Bien, pero mañana en casa ¿de acuerdo?

—De acuerdo –sonrió encantada.

Aun no se reconciliaba con la rubia, pero tomaría esa noche para pedir una tregua, esperaba que no estuviera tan enojada como para mandarla escaleras abajo una vez que viera que era ella.

Compró comida en el camino, no había mejor forma de llegar al perdón de Audrey que con comida, tocó el timbre y esperó un momento, de forma que no pudiera verla por la mirilla, así que con esa trampa, la rubia quedó ante ella en un momento.

—Hola –saludó, ocultando la comida a sus espaldas.

—Ah, eres tú ¿qué quieres?

—Apelar a tu bondad y pedir perdón –se hincó mostrando la comida –en serio, Audrey, lo lamento tanto, soy una estúpida, estoy consciente de ello, pero no quiero que estemos más tiempo alejadas.

Observó a la rubia poner los ojos en blanco, le arrebató la comida, y entró cerrando la puerta tras ella.

—Ya, ven, si me como todo esto yo sola me explotará el trasero en algún momento.

Lily chilló emocionada, la abrazó y entró al apartamento, la siguió hasta la isla y se sentó, en lo que la rubia sacaba unas cervezas.

—Dime ¿vas a decirme quien era ese hombre en el evento? –preguntó directamente.

The Sitter [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora