15. Pretextos.

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Lily observó a lo lejos a su mejor amiga, hacía una semana que se había comportado como una idiota, y aún no se disculpaba por sus palabras y su comportamiento, sabía que la rubia estaba diciéndole la verdad, y que sólo quería lo mejor para ella, pero Lily aun no lograba procesar del todo las conversaciones con su padre.

—Toma –dijo el hombre colocando más copas sobre su charola –rápido.

—Claro.

Lily salió al salón, había demasiada gente adinerada ahí, en su mayoría nuevos ricos, se les notaba en la forma brusca en que la detenían para tomar una de las bebidas que sostenía en lo alto, gracias a los tacones, podía tener una altura mejor.

Se desvió del camino cuando vio a lo lejos en su camino al mejor amigo de su jefe, ese hombre no le agradaba, desde la forma en que se le había insinuado al llevarla aquella vez, después de que Lupin la despidiera, tenía sus precauciones con él, y parecía que eso más que dejarle en claro que a ella no le interesaba, le hacía insistir más de la cuenta.

—Tienes que seguir adelante –le informó Audrey en un tono serio.

—Lo sé, pero no lo haré –dio media vuelta.

—Para ser alguien a la que le desagrada incumplir ordenes, sólo lo haces cuando te conviene.

—Sí, como sea –soltó incómoda.

La mirada azul de Audrey se topó con una mirada del mismo tono que la suya, era un hombre bastante atractivo, cuando pidió un momento a la persona con la que hablaba para acercarse, se hizo a un lado para que Lily pasara sin decirle más.

—Oye, Lily –habló el hombre, pero la pelirroja lo ignoró –oye, tú –la interrumpió –dime ¿tu amiga se llama Lily Luna, cierto?

— ¿Mi amiga? –Cuestionó.

—Bueno, la otra mesera con la que hablabas hace un segundo.

—No, su nombre es Anne, con una E, y ya sabe de las tejas verdes.

Él sonrió divertido, tenía una sonrisa encantadora, así que de inmediato le desagradó a la rubia, tomó una copa y la dejó proseguir por la zona que le había tocado a Lily, ya que había salido al área de fumadores.

Sin duda la pelirroja tenía más misterios de los que le gustaba hablar ¿quién era ese tipo? Porque lograba ponerla completamente incómoda, a tal grado de hacerla escapar.

—X—

La noche avanzó más tranquila de lo que Lily había esperado, para su fortuna no se había topado con Sebastian Keller ni una sola vez más, si las cosas seguían así, podría llegar al final sin ningún contratiempo.

Sonrió alegre cuando la última copa fue retirada de su charola, iría por más, al parecer a estos nuevos ricos les encantaba pretender que eran muy aficionados al champagne.

Retrocedió para darse la vuelta y volver rumbo a la cocina, cuando su espalda se estrelló con alguien, quizás había festejado demasiado pronto la noche libre de contratiempos.

—Yo, lo lamento tanto –murmuró apenada, levantando la mirada, ya que había chocado con la espalda de un hombre que se giró también.

—Ah, señorita Potter –saludó Edward Lupin, en un tono sorprendido.

—Señor Lupin –comentó incrédula –lo lamento, no era mi intención...

—Ah, ya que estás aquí, toma mi copa vacía –sonrió la mujer de piel oscura y mirada penetrante.

—Sí, claro –dio un paso a un costado para pasar a su jefe.

—No sabía que también trabajaba en esto –argumentó.

The Sitter [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora