41. Volver a Hacerlo.

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Lily estaba recostada en el camastro, observando las fotos que había subido Ada, les dio me gusta, le sorprendía que siendo una niña, tuviese redes sociales, pero bueno, jamás en la vida iba a negarse a aceptarla en algo, que las cosas con Ted no funcionaran, no quería decir que el cariño que tenía por ella había muerto.

Sonrió cuando vio que inició una transmisión en vivo, así que fue de inmediato, la imagen era de un niño pequeño, tres o cuatro años, máximo, estaba comiendo tranquilamente.

Diles, a donde vamos a ir, Adam –soltó encantada la niña.

Paris –informó el niño.

Así es, mi hermano tiene razón, iremos a París.

El corazón de Lily se estrujó al escuchar la palabra hermano, el niño era su hermano ¿qué rayos? Se preguntó, vio los comentarios, a nadie parecía sorprenderle.

Papá, dice una amiga mía, que si puedes voltear a la cámara –se rió –aprovechando que no traes camisa.

Ada –la reprendió.

El corazón de la pelirroja se agitó aún más, su voz sonaba igual de sexy que años atrás, y ocasionaba lo mismo que en su momento, suspiró, observó la transmisión pero no le prestó mucha atención, una vez que la mujer que reconoció, como la que le envió esas fotos seductoras cuando estaban en Alemania, todo lo que provocó verlo, murió.

Por mucho que le juró que no le interesaba y que no veía las fotos, ellos estaban juntos, cuando embarazó a la mujer, o de inmediato corrió a sus brazos una vez que lo dejó, cualquiera de las dos, era una idea espantosa, no le importaría si el niño tuviese tres o dos años, pero... cuatro o cinco.

—Tengo que ir a París ¿quieres ir conmigo? –Preguntó Scorpius.

—No –soltó negándose de inmediato.

—Vaya, que mal, pero bueno, primero haré una escala a Londres ¿segura que no quieres venir a París?

—Me quedo en tu escala, quiero ver a James –sonrió.

—Claro, James.

—Aunque hubiese querido ver a quien insinúas, Ada me acaba de dejar saber, que ahora está con otra mujer y tienen un hijo.

—Eso no es cierto ¿o sí? –Scorpius se sentó junto a ella.

Lily lo observó buscarlo, las fotos de su perfil eran bastantes, la mayoría de él y su hijo, o de Ada y el niño, de él con Maya Clarke, y solo.

—Ah, pero sí que los años le favorecen a este idiota –se quejó Scorpius y se salió –me deprimo de solo verlo.

—Tú eres súper sexy, sino fueras gay, y no te gustara mi hermano, sin duda te hubiese seducido –sonrió dulce.

—Y de no estar enamorada de Ted, porque seamos honestos, si me gustaran las chicas, pero a ti te gustara Ted, jamás pondrías los ojos en mí ¿me equivoco?

—Si pongo mis ojos primero en ti, jamás los pondría en él –sonrió divertida.

—Bien, nos vamos en dos horas, te quedarás en mi apartamento ¿bien? ¿Tal vez quieres ir con tus padres? –Sonrió.

—Eres cruel –sonrió la pelirroja –por lo tanto, quiero que sepas, que, si James no me dijo nada de ti, no es porque no quisiera algo contigo, por el contrario, no me dijo, porque pensé que lo odiaría.

—Viviría escondido por él ¿eso es lo que quieres decir? –Se burló.

—Creo que más bien, James quería saber si lo suyo funcionaría primero, antes de dejarlo todo por ti.

The Sitter [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora