30. Referencias.

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Se observaron durante un rato, al parecer él no tenía nada que agregar respecto a lo que había pasado en su casa y ahora en su oficina, así que ella suspiró, observó la foto y bajó la mirada, antes de darse la media vuelta y marcharse, así que cuando ella salió, él aprovechó para ver que había llamado su atención, era una foto de él y Laura.

Ted salió apresurado de su oficina, esperaba poder alcanzarla, y se alivió cuando la vio en la oficina de Victoire, así que entró sin tocar, cerrando la puerta a sus espaldas.

—Lo siento, Victoire –se disculpó con ella.

—Claro, no fuera yo, entrando sin tocar a tu oficina, porque ya estaría fuera ¿no?

—En efecto, pero perdón, necesito charlar con tu prima.

—Ted, yo creo que es mejor que charlen en otro sitio –informó.

La vista miel del hombre fue hasta fuera del lugar, sus empleados cuchicheaban al respecto y observaban en dirección a la pequeña oficina, él suspiró y observó a Lily.

—Hoy tengo cosas que hacer, así que será mañana –informó.

—Bien, ¿en dónde nos vemos?

—No lo sé, donde quieras, me mandas un mensaje con la dirección.

—Lily –la sujetó del brazo –lo siento.

—Ya no importa –se soltó.

—Tienes que quitar esa cara –ordenó la rubia –el asunto de esta noche es complicado, Lily, y no puedes quedarnos mal, lo sabes, hay mucho de por medio, es tu trabajo mantenerlo muy feliz –le guiñó un ojo.

—Descuida, haré bien las cosas.

—M—

Ted observó su imagen en el reflejo, le había marcado a Lily, pero ella había rechazado la llamada, así que estaba preocupado y esa noche tenía que ir a un estúpido evento, no quería ir, pero tenía que hacerlo.

Observó su celular de nueva cuenta y al no tener novedad alguna, volvió a marcarle a Lily, pero ocurría lo mismo, directamente a buzón, una semana había pasado desde que habían quedado de verse al día siguiente.

Estaba nervioso, después de todo lo que había pasado, no estaba nada tranquilo, observó su saco y se lo puso, se alistó y observó a su hija, que estaba tranquila, por fortuna, su abuela Andrómeda había ido a visitarlo, y había llegado ese día.

Condujo pensativo hasta el lugar, le bastó ver la enorme mansión para sorprenderse, aparcó lo más cerca que pudo, y aun así, era bastante lejos, le costó sus buenos minutos regresar al edificio de un gusto impecable.

—Buenas noches –saludó el hombre con una mirada impasible.

—Buenas noches –mostró el boleto que le daba acceso al sitio.

—Adelante, por favor.

El salón era bastante amplio, adornado con tonos dorados y rojos, aunque la combinación no le agradaba, admitía que lucía bastante bien, observó a la gente, sin duda todos llevaban ropa más cara que el sueldo del primer ministro, y aquello era quedarse corto, observó en busca del señor Itō, que era quien lo había invitado, pero no lo veía por ningún lado, bufó, aquel peculio le hacía sentirse fuera de lugar ¿quién era el dueño de todo aquello y habría alguien que estuviese acostumbrado a todo ese lujo?

El cabello pelirrojo lo hizo girarse demasiado rápido, ya que sintió un tirón en el cuello, pero sin duda era ella, observó a Lily Luna caminar entre los invitados, con una sonrisa pequeña en los labios, su ropa era de extrema calidad, y parecía incluso más exclusiva que los harapos que la mayoría llevaban, y a pesar de que se veía extremadamente hermosa, se enfadó.

The Sitter [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora