Ted se giró a observar a su amigo, ¿realmente estaba diciéndole algo como eso? Al parecer había cambiado bastante en el tiempo en que habían dejado de verse.
—No me interesa.
—Ah, vamos, Ted, desde luego que ella te interesa, porque no creo que la contrataras por sus amplios conocimientos y vasta experiencia, al menos no su experiencia para cuidar niños.
—Sebastian...
—Te lo digo en serio, es atractiva, tiene un rosto encantador y aunque ese atuendo no me permitió percatarme de qué tan buen cuerpo tiene, no puedes ignorar el hecho de lo que te estoy diciendo.
—Sí, ella es bonita, sólo eso –admitió.
Su amigo guardó silencio todo el tiempo que duró su llamada para ordenar comida, pero en cuanto colgó, se recargó en la isla, con una sonrisa divertida.
—Te lo digo en serio, te estás perdiendo de un plato digno de la familia real, Ted, investiga en esas páginas con dos X de más, y busca la palabra niñera, verás toda la diversión que podrías tener.
—Me preocupa que te dediques a ver esos sitios, Sebastian –admitió.
—No, prefiero hacerlo en la vida real, pero no tengo forma de contratar niñeras, porque no tengo hijos –se burló –pero tú sí, y la tuya es tan ardiente.
—Tiene 19 años ¿lo sabes?
—Es mayor de edad ¿qué tiene de malo?
—Que soy diez años mayor que ella.
Además, a ella no le interesaba él, pensó Ted, pero descartó ese tren de pensamiento, antes de que fuese lo suficientemente estúpido para caer en el camino que su mejor amigo estaba intentando ponerlo.
—Cambiemos de tema, no me agrada mucho que nuestra charla gire en torno a la niñera de mi hija.
—Bien, como quieras, pero deberías pensar al respecto, no dejes ir la oportunidad de divertirte un poco, Ted, se ve que lo necesitas.
—No es gracioso.
—El celibato tampoco.
El hombre no dijo nada, era un hombre después de todo, lo suyo no era el celibato, pero tampoco andar de casanova, tenía una hija, a la cual cuidar, así que cuando los instintos básicos se apoderaban de él, tenía forma de saciarlos, pero no le diría a Keller o insistiría hasta obtener el nombre de la persona.
El timbre de la puerta sonó, así que Ted avanzó, observó a su hija que estaba concentrada haciendo tarea, y abrió, recibió la comida, pagó y regresó hasta la cocina.
—Comienza, iré a revisar la tarea –se encogió de hombros.
Ted se sentó junto a su hija, y observó su avance, revisó minuciosamente cada uno de los trabajos, y al no encontrar cosas terribles, asintió, acarició su cabello, haciendo que la niña sonriera.
—Cualquier cosa, estoy en la cocina, llámame ¿sí?
—Sí, papi –sonrió Ada, y volvió a concentrarse en su tarea.
Keller ya había comenzado a comer cuando se unió a él, no dijo nada, se limitó a sentarse frente a su amigo.
—M—
La música resonaba bastante fuerte, pero eso no le importó mucho a Lily, tampoco que con toda la gente y el baile estuviese sudando, sentía el cuerpo pegajoso, mientras el chico se pegaba más a su cuerpo, la sujetó de las caderas, el ritmo dejó de interesarle y se dejó arrastrar hasta la salida.
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The Sitter [Teddy & Lily]
Fanfiction[AU] No hay nada en el mundo que Teddy pueda negarle a su princesa, pero las cosas comenzarán a complicarse cuando tenga que decidir entre complacer a su hija y deshacerse de la niñera o quedarse con la chica pelirroja que despierta sentimientos que...