Capítulo 18. Buscando Consuelo.

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí es mía, por lo que NO AUTORIZO para que ésta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 18: "Buscando Consuelo"

No. No es que tuviera miedo. Jamás le había temido a ese hombre. La verdad de las cosas, así como estaba, era que ahora tenía TERROR de él. Lo había pensado bastante bien durante semanas, al final, quien saldría tocando la peor de las partes sería ella, el eslabón más débil de toda aquella cadena de ricos y poderosos empresarios. La mujer sabía que estaba acorralada por la familia Taisho y más que nadie, por el entrometido asistente ese...

Deseaba poder arrancar, volar, perderse de allí. Pero no podía, su dueño no se lo permitiría, jamás. Y mientras tanto, tenía que seguir... fingir que el bebé que llevaba en sus entrañas era del cobarde de Inuyasha...

Kagura era una mujer fuerte, decidida y poco criteriosa que se había valido de cualquier medio para llegar hasta donde estaba... pero ahora pagaba ese precio de haber llegado tan alto por el mal camino.

Sus ojos se perdieron en el hermoso y único paisaje que le brindaba el penhouse que había conseguido de manos de Inu Taisho... todo por el "fututo nieto". No era lo único que había conseguido de él para no seguir con el escándalo de Inuyasha, sobre todo ahora que había "escapado". Tenía dinero en su cuenta privada, mucho, y sin embargo no podía disponer de la cantidad completa hasta que naciera el niño y se comprobara que fuera un verdadero "Taisho".

- "No hay problema... se puede falsificar un examen de ADN en un cerrar de ojos"...- Le dijo su dueño, la última vez que lo vio, antes de quedar confinada en su "jaula de oro". Inu Taisho era un viejo sabio y astuto, desde que había aceptado "la verdad", que ella tendría un futuro heredero, le había dado casi todo y también la había condenado a estar ahí, vigilada por guardaespaldas que de sólo mirarlos le daban miedo... su teléfono fue intervenido y ni hablar con la laptop... era obvio que también estaba siendo hackeada... Inu Taisho no le creía, esa era la verdad y ahora sólo estaba ganando tiempo para que ella cediera...

Si cedía... la prisión de por vida era lo que le esperaba por chantaje a una de las familias más ilustres y millonarias del país...

Ese maldito de su dueño le había dicho que esto iba a ser "muy fácil"...

Pero la verdad... era que si seguía con el juego... Inu Taisho lo descubriría... la marca inconfundible de un Taisho, un verdadero Taisho, como había dicho él, no era una muestra de sangre de ADN... era otra cosa... algo que... sólo ellos poseían...

Kagura sabía que en ninguna parte del mundo conseguiría algo así... y su hijo, por supuesto que no tenía esa "marca"...

Y si fallaba... si arrancaba de ahí, de las manos de Inu Taisho, lo que le esperaría sería aun peor... su dueño la buscaría hasta en el mismísimo infierno, lo sabía... y por traición él se pagaría con su propia vida...

- He sido... una estúpida ambiciosa...- Masculló en un sollozo. Se llevó la mano al vientre, apenas se le notaba algo y odió con todas sus fuerzas a la criatura que llevaba dentro... qué iba a hacer... su cuerpo deformado para siempre por culpa de un embarazo conveniente...

Entonces una idea maquiavélica iluminó su cerebro como única salida a todos sus problemas. Perder al bebé. Sí, porque de esa forma, Inu Taisho la dejaría de fastidiar y quizás hasta le daría algo de dinero para que se marchara para siempre de sus vidas... y su dueño pues quizás la dejar en paz y la liberaría ya que no le serviría... tal vez... sí, tal vez... sonrió con maldad.

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