DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que ésta se modifique o publique en otro lugar.
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Capítulo 20: "Dolorosa Despedida"
El sol brillaba como todos los días, pero de pronto a Inuyasha, aquella luminiscencia que alumbraba la sala se le hizo pesada, dolorosa y el aire de mar, yodo y flores, se volvió asfixiante. Entrecerró los ojos y su cuerpo se tensó por completo. Fijaba su vista en el rostro de su amigo, queriendo saber como diablos lo había encontrado... y porqué estaba ahí... respiró fuerte, casi bufó del fastidio e iba a sacarlo de allí cuando su madre habló una vez más.
- Por favor, joven, tome asiento... ha de haber viajado mucho y seguro esta agotado... - Llamó a Natsuna y le pidió una taza y platillo para el recién llegado-... debe acompañarnos con el desayuno...- Y le sonrió, era imposible no hacerlo porque ese hombre le inspiraba gran alegría-... seguro tiene hambre...
- Oh... es usted muy amable... casi no puedo creer que sea la madre de Inuyasha- Bromeó.
Izayoi y él rieron y Kagome sólo miró a Inuyasha con preocupación.
La sirvienta regresó con lo pedido y se retiró, Izayoi se encargó de llenar la taza del invitado con café, luego le ofreció pastel y pan el cual el otro aceptó de inmediato.
- Oh, por Kami...- Dijo Miroku luego de dar una mascada al pastel hecho por Kaede-... esto es la gloria... hace días que no comía decentemente...
Inuyasha tragó fuerte, tenía aun la vista fija en él.
- ¿Días? ¿Cuándo llegaste?
Miroku seguía con su misma expresión alegre y despreocupada, dejó la taza en el platillo para responderle.
- Llegué a Atenas hace dos días y... debido a la tormenta tuve que esperar en la sala de embarque por otro día y noche más...- Entornó los ojos-... fue horrible... no creí que tendría que esperar tanto, pensaba bajarme del avión que me trajo de Tokio y subirme al que me traería a esta isla...- Luego miró a Izayoi-... por cierto, este lugar es un paraíso, los paisajes son... increíbles, la gente es muy amable y... - Sonrió aun más-... jamás en mi vida había visto mujeres tan hermosas...- Volvió el rostro a Kagome quien ni siquiera se dio por aludida, parecía estar ensimismada en sus pensamientos, pero sí Inuyasha, que carraspeó fuertemente y arrugó profundamente la frente y sus cejas se juntaron tanto que parecieron una.
Miroku captó la mirada y la actitud de Inuyasha de inmediato, borró la sonrisa de sus labios y se turbó por aquel evidente enfado. Suspiró y se volvió hacia Izayoi quien le preguntó algo acerca de Japón y su clima. Mientras le contestaba, sacaba conjeturas de aquella molestia de Inuyasha. Entonces miró de reojo a la joven que estaba muy cerca de su amigo y que ella lo observaba con bastante dolor, angustia quizás ¿Qué significaba eso? ¿Quién era ella?
- Y dígame, joven Miroku...- Lo interrumpió Izayoi-... debe ser algo muy importante para haber hecho un viaje tan largo y extenuante hasta acá... ¿son buenas o malas noticias?
- Madre...- Masculló Inuyasha. Aquella voz ronca y grave hizo que los dos ladearan el rostro y lo observaran.-... Si Miroku esta aquí debe ser algo importante pero eso es un asunto personal que debo tratar con él.
La mujer sonrió con suavidad.
- Lo siento, querido... - Miró a Miroku-... es que no deseo que se lo lleve... pero si es importante... quien soy yo para retenerlo...
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Por favor, ámame.
RomanceEscapando de intrigas y problemas que aparentemente no tenían solución, Inuyasha busca el descanso y la libertad en tierras muy lejanas, encontrando allí a la joven que conocía desde la infancia y que ahora cambiaría su vida por completo.