DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.
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Capítulo 25: "Regalo de Cumpleaños"
Comenzar de nuevo, hacer todo lo que había que hacer durante el día, así no pensaría ni recordaría. Pero era imposible no hacerlo, ya que mientras dormía, los sueños le mostraban idealizaciones o momentos vividos de verdad con él; al despertar, el aroma de su perfume era lo primero que respiraba, estaba en el aire disperso ya; cuando trabajaba, se encontraba frente a la puerta de su cuarto, con un par de prendas de ropas lavadas que él había olvidado llevar; o escuchar a su propia Señora hablando de él.
- Lo extraño... pero es mejor que este allá ¿qué le espera aquí? Es un muchacho que esta acostumbrado al lujo, al dinero, al movimiento y a divertirse en sociedad...- Decía Izayoi a Kaede, mientras ésta cocinaba y Kagome masticaba sin ánimos una manzana.
- Debe ser una vida muy ajetreada...- Respondió la anciana sin sacar los ojos de las verduras que picaba con destreza en una tabla de cocina-... hay gente que se aburre de todo eso.
Izayoi suspiró.
- Y otros no. La verdad...- Y se acomodó el flequillo de su frente-... nunca pensé que él se quedaría, como decía... estaba escapando de sus problemas, eso no estaba bien. – Suspiró- Tarde o temprano debía regresar... Inuyasha además... es como su padre... puede decir que ama esta isla pero al final... siempre preferirá el lujoso Tokio.
Kaede miró de reojo a Kagome, quien en ese instante apartaba la manzana de la boca y se quedaba observando hacia fuera. Sólo veía a lo lejos el azul del cielo unido al azul intenso del mar, e intentó no pensar, sólo dejar que sus ojos se quedaran clavados en ellos. Izayoi siguió el rostro de Kaede y entonces se detuvo en Kagome. La anciana volteó y prosiguió su tarea mientras la señora seguía observando a la muchacha.
- Ehh... Kagome, querida... - La llamó, pero la joven no reaccionó, la mujer tomó un poco de aire para aumentar el volumen de su voz-... ¿Kagome?
La joven volteó el rostro con lentitud, al verla, Izayoi tragó con fuerza pero intentó sonreír.
- Querida... ¿por qué no vas a... la caleta y compras algo de pescado para esta noche? Hoy tengo antojo de pescado a la plancha con mantequilla – Se volvió hacia Kaede- ¿Qué te parece? Vendrán un par de amigos a cenar y hace mucho tiempo no degustamos pescado.
- Es que esta muy caro, Señora, ya sabe que hay escasez- Replicó Kaede.
Izayoi se puso de pie.
- Sí, esta algo caro... pero qué importa darse de vez en cuando ciertos lujos... espérame Kagome, te daré el dinero para que vayas.
Salió de la cocina mientras la joven se ponía de pie lentamente, la cocinera dejó de hacer lo suyo y volteó mirando con seriedad a Kagome.
- Niña, deja ya de estar así, han pasado dos semanas y no es bueno que sigas como zombie, ya es hora que vuelvas a la vida ¿qué diría tu mamá si te viera así, lastimándote de esa forma? Y la señora... sigue preocupada por ti, por favor, Kagome.
La joven la miraba, la miraba y sus palabras lastimaban su corazón. Lo sabía ¿pero qué podía hacer? La pena era más grande que la razón, ella sabía que debía seguir adelante, aprender la lección de todo eso y seguir, comenzando de nuevo. Pero no podía, sentía que no estaba completa, que le faltaba algo a su cuerpo, la energía, el deseo tal vez de vivir, el mundo de pronto era aburrido, gris, insulso, como si ya nada valiera la pena...
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Por favor, ámame.
RomanceEscapando de intrigas y problemas que aparentemente no tenían solución, Inuyasha busca el descanso y la libertad en tierras muy lejanas, encontrando allí a la joven que conocía desde la infancia y que ahora cambiaría su vida por completo.