Memoria Perdida

Capítulo 61

Maratón 5/9

Abandonada

Habían pasado casi dos horas cuando noté que habíamos estado mucho tiempo fuera de la vista de la ciudad. Estaba sentada en el lado del pasajero, con mi brazo contra la ventana del auto y apoyando mi rostro mientras el paisaje pasaba lentamente.

Me preguntaba cómo estaría Christopher en ese momento. Si estaría triste... Se que tomé la mejor desición y él iba a comprenderlo...

Era mejor así ... ¡mentira! Pensé de esa manera solo para tratar de consolarme. No fue mejor, pero era lo que se suponía que debía hacer. Christopher tomó su decisión y pagó un precio, yo hago la mía y de alguna manera creo que ya lo estaba pagando.

Tomé una respiración profunda. Creo que debería dejar de pensar en lo que dejé atrás y centrarme en lo que me quitaron. Pasaron solo unos kilómetros antes de que finalmente regresara a mi ciudad natal. Solo pensar en eso hizo que mi corazón se acelerará de ansiedad.

¿Tendré finalmente mis respuestas? ¿Volveré a encontrar a mi familia? Cuánto anhelaba ver a Miguel y a mi hijo. ¡Tuve un hijo! Apenas podía creerlo cuando pensaba en ello. Espero que no esté enojado con su madre por estar fuera tanto tiempo. Miguel tendría mucho que explicar.

Mi celular vibró. Miré el número. Era Anahí, esta fue la decimonovena vez que llamó ... No respondí de nuevo. Si hablaba con ella, las cosas ciertamente empeorarían. Era mejor evitar este tipo de situaciones.

Cuando apagué mi teléfono celular, el hombre sentado a mi lado miró por el rabillo del ojo mientras conducía el auto.

- ¿Algún problema? - dijo poco después. - ¿Quieres que pare el coche para tomar aire?

- No- dije poco después. - Estoy bien.

- Estás sudando mucho ... si quieres abrir más la ventana.

- No es necesario. Creo que estoy un poco nerviosa ...

Me miró de nuevo por el rabillo del ojo.

- ¿Nerviosa? - Preguntó.

- Bueno ... es una larga historia ... es que vuelvo a mi ciudad después de mucho tiempo fuera ... 

- ¿Vives en el pueblo al que vamos?

- Si.

- Vaya, yo también vivo allí.

Lo miré con sorpresa. Será que él...

- ¿Conoce a una pintora que se llama Dulce?

Él pensó por un momento.

- Creo que escuché a mi esposa hablar de ella, pero no recuerdo exactamente. Sabes, solo llegamos a esa ciudad hace un año.

¿Hace un año? Tuve un accidente hace dos años ... No debe saberlo ...

- Bueno, lamento no poder ayudarte. La ciudad está más adelante. - él advirtió.

Miré por el parabrisas y vi algunos edificios a lo lejos. Mi corazón comenzó a acelerarse aún más ...

Al entrar en la ciudad, me di cuenta de lo sencillo y tranquilo que era el lugar. Varias personas andaban en bicicleta por las calles, algo que no recuerdo haber visto en la gran ciudad. Pequeñas tiendas, algunas de las cuales me acordé de comprar cuando vivía allí. Llegaron los recuerdos. Gente, conversaciones, encuentros con otros vecinos, todo volvía.

El conductor dobló algunas esquinas después de nuestra llegada. Pronto me di cuenta cuando giramos que esa calle era donde estaba la casa de mis padres. Decidí visitarlos primero. Mi indignación de que me olvidaran nunca desapareció y quería sentirme satisfecha por haber hecho algo tan cruel.

Me temblaban las manos. Miré a mi alrededor y pudieron reconocer muchas cosas. No había cambiado casi nada en dos años. Este sentimiento de lo familiar era simplemente el sentimiento que más quería pensar de ser algo tan tonto.

El coche se detuvo poco después. Abrí la puerta del auto y miré la casa frente a mí. Era lo mismo que recordaba con mis padres ... El mismo jardín, la misma cerca, el mismo pino. Pero había muchas diferencias ... El pino se había vuelto enorme, pero recordé que mi padre solía podarlo todos los años. El jardín estaba completamente arruinado por la maleza, algo que mi madre nunca dejaría que sucediera. Y la casa, estaba completamente cerrada.

- ¿Em? - dijo el conductor al notar que yo entraba al jardín - ¿Qué estás haciendo?

- No ... - me acerqué al balcón. El suelo estaba completamente sucio. Las ventanas se cerraron. - No puedo entender...

- Por favor, hazte a un lado. Esta casa es vieja y ...

- ¿Papá? - grité sin siquiera darme cuenta. - ¿Madre?

Tomé mi mano en el pomo de la puerta.

- Señorita ... esta casa lleva mucho tiempo abandonada ...

Detuve mi mano antes de que el pomo de la puerta girara y me di la vuelta.

- Co ... ¿Qué quieres decir con abandonada? - mi respiración se aceleró. - ¿Cuándo fue abandonada esta casa?

- Si no me equivoco, hace dos años ...

Fue entonces cuando tuve otra visión ...