Capítulo 30

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Hora de la consulta

Cuando desperté, estaba en mi habitación. Un gran edredón me cubrió, manteniéndome caliente. Estaba lloviendo y el viento soplaba con fuerza. Cuando comencé a moverme, sentí una gran debilidad en mi cuerpo. Me dolían los músculos porque era doloroso moverme.

No recordaba bien lo que había pasado antes. Solo una cosa me vino a la mente, la imagen de ese chico en mi memoria. Su rostro me transmitía algo tan intenso cada vez que lo repasaba en mi mente.

Lentamente, me dirigí hacia la cocina. Me apoyé contra las paredes para apoyarme. No habia nadie. Decidí ir a la sala de estar. En el camino, noté que la puerta de la habitación de Christopher estaba abierta. Al acercarme, lo vi sentado frente a su escritorio, analizando un papel, una fotografía de hecho, y hablando con alguien.

- ¡Gracias! ¡Muchas gracias!- Dijo antes de colgar.

Solo entonces, se dio cuenta de mí presencia.

- ¡No deberías haberte levantado! - dijo acercándose y rápidamente guardando la foto en su bolsillo.

- Estoy bien ... - y poco después, mis piernas fallaron y casi caigo al suelo siendo atrapada por él segundos antes.

- No, no lo estás...

Me llevó a mi habitación y me hizo sentar en la cama.

- ¿Qué sucedió? - pregunté al ver su expresión preocupada.

- Dormiste dos días ... por la pérdida de sangre, tuve que darte un suero ... no puedo creer que no te lleve al hospital ... ¿Qué me pasa?- Se preguntó a sí mismo.

¿Dormí tanto tiempo? Miré mi muñeca y vi la pequeña marca que había hecho la aguja.

- Llamé al Dr. Aklanto y yo conseguimos que tuviera una cita contigo antes de lo previsto.

- ¿Por qué tanta urgencia?

- ¿Porque tanta urgencia?- me preguntó incrédulo- No seas tonta ...

Hablaba en serio. Decidí respetar sus deseos, porque él era el médico y él debería saber lo mejor para mí.

- Prepárate, te espero en el auto.

Él se va. Estuve mirando a la puerta durante mucho tiempo. Supongo que todavía no creía que había estado durmiendo tanto tiempo. Que había necesitado medicación ... pero el recuerdo de ese rostro, su asociación con el chico que me había dado el ramo, era lo que más estaba presente en mi mente. Fue lo que más me preocupó, lo que llamó mi atención.

Solo surgieron más preguntas ... y la mayoría ahora era ese chico. ¿Será un familiar? ¿Un amigo? Ese tipo de pregunta. Por supuesto, había otros sobre él que quería saber aún más, como por qué lo recordaba a él y no a otra persona.

Me puse un vestido y me dirigí al coche. Al entrar, Christopher me miró para asegurarse de que estaba bien. Le sonreí para confirmarlo. Arrancó el coche y atravesó la ciudad. Tal vez ese médico me podría ayudar a responder algunas de mis preguntas, tal vez incluso pude recuperar la memoria ... al menos eso era lo que quería.

Memoria PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora