Memoria Perdida

Capítulo 51

Maratón 6/8

Egoísta

No sé cuánto dormí, y mucho menos cuántas horas fueron y cuántas pasé mirando esa cortina blanca. El clima estaba siendo cruel y mi estadía había empeorado con la aparición de la Dra. Amanda.

Esas palabras. Todas esas palabras tristes y sinceras resonaron en mi cabeza hasta los extremos de mi subconsciente. Había tantas preguntas que se formaron en mí, que pensé que estallaría. Lo que pude entender de todo eso fue que Anahí y ella sabían algo de Christopher que yo no tenía ni idea ... Amanda estaba así, triste y fría por lo que yo le estaba causando ... ella lo amaba y no quería verte sufrir ...

Pero ¿y yo que también sufría? ¿Cómo me quedo con todas estas visiones, todas estas preguntas, con este sentimiento de abandono, de vacío que me atormentaba?

Ella puede estar preocupada por él, pero no vio mi lado. Así como yo no la conocía, como no conocía a Christopher, ella tampoco me conocía a mí. No podía tener idea de lo que le estaba causando a él y eventualmente a Anahí y Amanda, pero tampoco tenían idea de mi dolor, mi sufrimiento. Al final, todos éramos egoístas ... con nosotros mismos y con los demás ... esa era la realidad, la única realidad. Al menos, eso es lo que pensé ...

Pero antes de continuar, para continuar la búsqueda de mi pasado, había preguntas que resolver, algunas dudas que aclarar, preguntas que hacer. Mi decisión, mi forma de lidiar con todo lo que sucedería dependería de cómo resolviera estos problemas.

Creo que ya era media tarde cuando recibí una nueva visita, la que esperaba. Anahí vestía su uniforme, portapapeles en mano y un bolígrafo pegado a su blusa blanca.

Al verme, sus ojos se llenaron de lágrimas. Su rostro estaba rojo y demacrado. Al verla así, era imposible para mí no sentir una punzada de tristeza por el sufrimiento de mi mejor amiga. Pero ya he expresado mi opinión sobre estas líneas anteriores ...

Anahí se sentó cerca de la cama. Me quedé en silencio, con los ojos caídos mirándome. Ella no iba a decir una palabra.

- No lo haré ... no te perdonaré ... - logré hablar con dificultad. Mi cuerpo dolía por completo cada vez que hablaba -... por tener ... por decirle ...

Su expresión se cerró, sorprendida por mis palabras. Luego volvió la mirada al suelo.

- Esa idiota ...- dijo, cerrando las manos en su regazo. - Debí haber imaginado que no aguantaría ... ¿Qué te dijo?

- Vino a pedirme que pare ... ¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué ... la involucraste en esta historia?

Anahí se quedó en silencio por unos segundos, eso solo me enfureció más.

- No debería haber estado de acuerdo con eso ... No puedo creer que te haya ayudado ... ¿Sabes lo difícil que ha sido esta situación para mí? No sé qué hacer, no sé qué pensar. ¿Está mal intentar desahogarse? ¿Tratando de salir un poco de todo este cúmulo de dudas?

Ella se contenía para no llorar.

- Christopher nunca me perdonará por eso ... Sabía que nada bueno resultaría de eso ... ¿Por qué acepté? ¿Porque?

- ¡Para de quejarte!

Sus ojos vinieron a mí, desconcertados.

- No lo entiendes, ¿verdad? - dijo ella, desesperada. - ¡Estás intentando suicidarte! - ella afirmó. - ¡Estás siendo egoísta con todos, incluyéndote a ti misma! ¡Deja de ser idiota! ¡Deja de actuar estúpidamente!

Mis ojos se llenaron de furia. Anahí retrocedió, sorprendida. Estaba cansada de todo ese drama. Estaba cansada de vivir de esa manera. Ya había tomado una decisión y nada, nada cambiaría eso.

- Yo ... iré hasta el final ...

- ¿Hasta el fin?- Ella gritó. - ¡La muerte será tu final si continúas así! Estás ciega, quizás porque Christopher quería dejarte con las pocas esperanzas que te quedan, pero no puedo seguir con esto. Tienes que ser real.

Se volvió y se dirigió a la puerta, deteniéndose bastante más adelante.

- Según los exámenes ...- respiró hondo. Su furia se había ido. - Tus órganos están siendo dañados por el exceso de esfuerzo que hace el cerebro cuando tienes tus flashes. Si ... si sigues con tus planes ... terminarás muriendo en dos o tres recaídas ...