Capítulo 39

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Tyler

Estoy hecho una mierda, siento que no sirvo para nada bueno. Lo intenté y no funcionó, quise hacer algo bueno en mi miserable vida, el resultado, mierda y más mierda.

Mis padres, mi hermana, todos me dicen que haga algo por mí mismo. Lo hice, vine a esta maldita ciudad tras lo que me hace bien, quien me da estabilidad, con quien tengo todo lo que necesito.

Trabajé todos estos malditos días con la esperanza de venir pronto, mis padres no quisieron darme dinero, yo tuve que buscarlo por mis propios medios, estaba preocupado en todos los sentidos, por ella, por esa rubia de curvas de infarto, ojos verdes, labios de corazón, por ella, la tengo metida en el tuétano.

Me preocupaba no ser suficiente, que hallara a alguien más, tenía la duda, me sentía amenazado, intenté convencerme que solo eran alucinaciones mías, pero, todo es más que cierto.

La tocó, la metió en su cama, lo sé.

Me la quitó, no tengo nada ni a nadie.

Ya no importa nada.

No sé qué hora es ni donde estoy, que tiempo ha pasado, entonces me pregunto, ¿Es una pesadilla? Debe serlo, estoy sumido en el valle oscuro, mi mente estancada en la hermosa sonrisa que proyecta, la luz que irradia por donde pasa, su voz como mi fondo en la oscuridad, su cuerpo, del cual soy adicto como un maldito drogadicto.

Sí, es una jodida pesadilla.

Bella y yo juntos somos perfectos, nadie nos puede igualar.

He soñado todo, lo he imaginado. Koa es su tío, un tipo grande que le doblega la edad, parece un loco con ese cabello, sus ajuares de otra cultura. No luce con ella, Bella es pequeña, frágil, delicada, inocente...él le doble la experiencia, su vida corrompe.

No, Bella es mía, es mi novia, será la madre de mis hijos, juntos tendremos un gran futuro.

Nadie como yo en la vida para ella, nadie me iguala o me reemplaza, somos uno, nos acoplamos de maravillas.

Yo nunca la vi con ese traje azul en aquel café, nunca me dejaron inconsciente tampoco doblaron mi muñeca.

Es producto de imaginación y las horas de cansancio.

Me pesan los párpados, no los puedo abrir, un cuerpo carente de curvas está sobre mí, toco, hago lo que quiero, me hacen lo que pido. Sudor, jadeo y gemidos, colonia femenina.

Termina y vuelvo a sumirme en el sueño pesado que tengo, recordándola. Al despertar sé que estará a mi lado. Lo sé.

—No te amo.

No, es mentira, Bella nunca dijo eso.

—No te amo.

Maldita sea, quiero despertar de esta absurda pesadilla, quiero agua, tengo sed, estoy cansado, mi pecho sube y baja como si hubiera corrido un maratón.

Ya no podemos estar juntos, Tyler.

El sonido de mi corazón rompiéndose en mil pedazos, hace eco en mi pecho y oídos. Esto se siente tan real, me pican los ojos, quiero llorar, mis párpados cerrados estorban.

Es mentira, lo es, estamos juntos, somos uno. Ella vino aquí a trabajar y realizarse como profesional, no a coger con el tío.

Vuelvo a caer en la inconsciencia con una opresión en mi corazón terrible, ni puedo respirar en paz con ello, me duele el estómago, los jugos gástricos suben por mi esófago quemando.

***

Empiezo a despertar desorientado, tengo un dolor de cabeza de esos que obligan a apretar los dientes, lo siento incluso hasta la quijada, latente, perderé el conocimiento si me sigue doliendo así.

La tentación de lo prohibido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora