Capítulo 12

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Bella.

Escucho ruidos en la parte de abajo, es extraño, aún es temprano y aquí en casa nadie se ha levantado, yo debo irme al café temprano, la tarde será un corre de aquí y allá, debo ir al salón donde haremos la fiesta para ayudar con algunos detalles, elegir el modelo de mis uñas, entregar mi parte del menú, sin embargo, es temprano.

A menos que sean los tormentos.

Ajusto la bata a mi cintura.

—Buen día, hija —en el pasillo están mis padres, Koi y Kaili asoman sus cabezas adormilados, ambos duermen separados.

La abuela Inoa sale segundos después.

—Buen día familia.

No voy a acercarme a darle de besos, apuesto a que ninguno aquí nos hemos lavado los dientes.

Kaili envuelve sus brazos a mí alrededor apoyándose en mí.

—¿Será Tyler? —indaga Koi —. Si es ese muñeco inflable...

Calla cuando mi abuela lo intimida.

Soy la primera en tomar la iniciativa.

Tengo dos días que no contesto sus llamadas y mensajes, es probable, pero si fuera él, tumba la puerta y me llamara.

No hay más ruidos que el de ruedas, cerrar baúl, la puerta principal.

A medida que me acerco solo oigo a Koa y una tonalidad femenina.

Mi estómago se vuelve nudo cuando lo veo abrazado a una mujer, alta, delgada, muy delgada, de piel morena, hermosas facciones, cabellos negros y ondulados, sus ojos tienen la oscuridad de la noche.

Estoy empezando a temblar.

—Buen día —aclaro mi garganta.

Koa con lentitud y sosteniendo una de las tantas maletas que veo detrás, la agarra de la cintura, ella muy junto a su cuerpo.

Por una razón desconocida siento que lo está haciendo para lastimarme, aunque muy estúpido suena, si para él yo no siento nada.

Está territorial con ella, luciendo como dos súper modelos, quedando yo como caperucita sola y desconsolada.

—Buen día, ¿Tú quién eres? —pregunta la morena, desconozco su nombre.

Quiero sacarle los ojos, tirar de su bonito cabello, apartarla de Koa.

Ambos lucen tan bien juntos que duele incluso respirar para mí, necesito un hombro para que me deje llorar o algún abrazo, es una de sus tantas conquistas que tendré que aguantar de nuevo.

—Es mi sobrina, Bella — ¿por qué siento que esta vez es todo distinto? ¿Que ahora él es consciente de algo y por eso me lástima así? No hay nada más que sequedad de su parte, no está la misma calidez de la noche pasada —. Bella, ella es Violette, mi novia.

Esto último lo dice mirándola con devoción, lo que no hizo conmigo.

Justo hacen acto de presencia el resto de la familia.

— ¡Koi, Kaili! —saluda, efusiva con ellos la tal Violetta o Viol... Como sea, ya no me importa.

Los niños alzan en su directorio una mano que extienden a ella.

La morena los pega a su cuerpo.

Duele, hasta al parecer con los niños se lleva bien.

Kaili es la primera en separarse y venir a rodear mi cintura.

La tentación de lo prohibido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora