Capítulo 18

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Bella.

La revolución dentro de mi estómago sacude las terminaciones nerviosas de todo mi cuerpo.

Aquello me suena a algo más que simple amenaza por travesuras. Joder, es que fue tan erótico, excitante.

Quizá solo sean imaginaciones de mi cabeza traidora, pero puedo jurar que Koa ha dicho aquello con más significado de lo aparente.

Las siguientes fotos poso como una autónoma, mi cabeza está en otro lado, para ser específica, en el espécimen que tengo por tío, vestido de traje que por cierto le queda más caliente que los espaguetis recién sacados del agua hirviendo.

—¿Quieres dejar de devorarlo? —Jenny pellizca mi brazo por encima de la tela, arrastra las palabras sólo para nosotras.

Jacob da palmaditas al ver tanta decoración, música, personas dialogando aquí y allá.

—¿Qué dices? —mi propia lengua me traiciona al enredarse —. Estás viendo mal Jenny.

Estiro mis brazos para tomar a Jacob, de inmediato viene hacia mí. Ese trajecito lo hace ver como todo un galancito.

—Y yo nací hace dos horas —ironiza siguiendo a papá y mamá. Tyler se quedó a esperar a mis suegros, al parecer tuvieron un percance —. Con Jacob entre tus brazos no dejarás de verlo, ¡Estás que lo violas!

Centro toda mi atención en mi ahijado, si mi madre me cacha en lo que dice Jenny, es sinónimo de discusión en plena graduación.

Tener una madre como ella es genial a veces, de esas veces las mayorías son un estrés, controla demasiado mi vida para sentirme al punto de asfixiarme.

Mi madre cuando se enteró que ya no era virgen, no me gritó, nada parecido, habló conmigo de las consecuencias de tener sexo sin protección, el valor de mi cuerpo, ese que es mi templo, me acompañó al doctor todo a escondidas de papá, de ese modo inicié un control, tiempo después cuando Tyler llegó a mi vida, si ya le ha quedado claro que no somos novios solo de besos. A lo que voy con esto, es que todo bien, todo perfecto hasta que Koa entra en la ecuación, simplemente ella se descontrola, llegando incluso a la histeria.

He llegado a pensar cosas de las cuales luego me doy golpes mentales yo misma.

—Me dijo algo que me tiene muy expectante —susurro llegando a nuestra mesa —. Si juego con fuego me puedo quemar.

Callamos ambas al estar frente a toda la familia, nos sentamos para esperar a mi novio y suegros, ya la ceremonia está iniciando.

Solo hace falta que el decano empiece.

El reloj marca diez minutos para el inicio.

Saco mi celular al sentir un texto, Jenny tiene el suyo en manos.

De Jenny: Es obvio que Koa está más celoso que solo por ser tu tío.

Su mensaje me deja atónita.

Yo: ¿De dónde sacas semejante estupidez comadre?

La miro de reojo, sus expresiones muestran fastidio.

Jenny: solo un ciego no se da cuenta. Ambos están siendo tan tontos, solo se lastiman.

Se me ha secado la boca. De puros nervios dejo el chat, la valentía es insuficiente para mí, algo así es incapaz de entrar en mi cerebro.

Detallo al hombre del cual hablamos, encontramos las miradas, no aparta su verde claro del mío, ¿Será posible? ¡Por supuesto que no Bella! Te trata como una niña, te acusó de ser una asesina, te gritó en la cara que, si estaba loca por besarlo, me abandonó por tres largos años, me restriega en la cara a todas sus conquistas.

La tentación de lo prohibido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora