IMPERIO EN CENIZAS [YOONMIN]

CAPÍTULO 33

Esta historia es una colaboración con Imer99 y mía.
No se aceptan adaptaciones o copias sin autorización nuestra.

Disfruten su lectura...

~Años atrás~

El ahora rey Soo permanecía con una extraña nostalgia en su cuerpo, encontrarse de nuevo con quien fue su primer amor lo dejo en ese estado, sin duda los años habían convertido a Ji-Hyun en toda una mujer, sabía que estaba casada, cosa que lo alegro, aunque no conocía al esposo, Ji-Hyun, esta hablaba muy bien de él.

Por otro lado, la reina yacía en el limbo, esa sonrisa de alegría en su esposo se debía a otra mujer. La espina de inseguridad atacaba con firmeza, nunca había sentido algo parecido a los celos, sin embargo, no iba a negar que la contraria era hermosa, a pesar de pertenecer a la clase media, esta poseía una belleza natural que muchas deseaban.

Sacudió su cabeza espantando cualquier mal pensamiento, en todos estos años su rey se había negado a tener concubinas, le había jurado fidelidad a ella. A pesar de saber cómo era la vida de una consorte y mantener muy arraigada esa tradición, el detalle de ser la única mujer en la vida de su majestad, la había convencido de que el amor de este era puro. Por eso decidió no pensar más en el tema, su esposo no le sería infiel, ¿verdad?

Los días transcurrieron y con ellos Soo había adoptado de nuevo la rutina de visitar a Ji-Hyun, ambos adultos disfrutaban de la compañía del otro, se trataban como unos viejos amigos que se reunían a recordar sus épocas doradas, pero para las personas, no era eso. Los rumores comenzaron a circular de inmediato y todos decían lo mismo; que Ji-Hyun sería la primera concubina del rey.

Tales rumores jamás llegaron a oídos de Doyun, puesto que este se encontraba fuera de Silla por negocios, no obstante, paso lo contrario con Mí-Suk, cada uno de los cotilleos se le fue comunicado, al principio decidió ignorarlos, no creer en ellos. Las personas inventan lo que sea con tal de tener un tema de conversación.

Más, sin embargo, ver cómo su esposo llegaba con una sonrisa después de verse con esa mujer, le dolía en el corazón. Hablo con Soo sobre los rumores, queriendo no ser tan obvia con su inseguridad, aunque este solo le limito a decirle: "Las personas chismosas hablan, porque si no se les pudre la boca."

Esa respuesta la interpreto de muchas maneras y todas ellas, le otorgaban el mismo resultado, a Soo no le importaba lo que la gente especulara sobre él, pero que hay sobre ella. Para las familias nobles, se había convertido solamente en una consorte, igual a las demás. Se había sentido especial al tener al rey de esposo exclusivo, pero por lo que se hablaba y también cómo este se comportaba, algo era cierto, habría una concubina en el palacio.

¿Se podía estar celosa?

Por supuesto que no, no era válido. El hecho que Soo sea el rey le da derecho de hacer lo que él quiera, eso era su forma de consolar la agitación en su pecho, al admirar como este regresaba a casa demasiado feliz. En su desesperación, intentó advertirle al marido de Ji-Hyun, sin embargo, este se negó a confiar en sus palabras.