CAPÍTULO 28

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Esta historia es una colaboración con Imer99 y mía.
No se aceptan adaptaciones o copias sin autorización nuestra.

Disfruten su lectura...

— Primero que nada, me llamo Gong Yoo, a tu servicio, majestad

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— Primero que nada, me llamo Gong Yoo, a tu servicio, majestad.- El hombre lucio, muy diplomático, casi como un noble. — Y segundo, ¿No planeas saludar a tu querido tío?

Los hombres restantes se llevaron a un Doyun, el cual que no sabía que estaba pasando, el aturdimiento lo mantenía en un estado de limbo. Alzaron al mayor y como pudieron se lo llevaron, dejando únicamente a sus altezas y el cuerpo de la reina con el infiltrado.

— ¿Así que estás vivo? — A pesar de que hablo de manera calma, eso no quería decir que su corazón no estuviera hecho pedazos, sus retinas estaban luchando contra las lágrimas, que poco a poco se hacían victoriosas.

Su madre estaba muerta, era extraño cuanto tantas veces lo deseo e incluso casi lo manifestó; sin embargo, en ningún momento fueron amenazas reales, él solo buscaba castigarla por su pecado, más nunca creyó que la muerte sería la solución.

Con mucha lentitud camino hasta Jimin y le indico que se pusiera de pie, al parecer esto se había complicado. El motín ni siquiera era el principal problema en su lista, sino todo aquello que implicaría la muerte de su madre, además, su plan de venganza se había esfumado y solamente quedaba lo que su padre le delego.

— Que interesante situación, su alteza, sabe de mi existencia. — Proclamo siempre manteniendo ese tono altruista. — Pensaba que la estúpida de mi hermana jamás se atrevería a mencionarme.

Cada palabra que salía de la boca de Gong Yoo, era un paso más cerca de los reyes. Agust no se permitió estar quieto y se movía al contrario de este; era como una ronda por quien estaba más lejos.

Antes de que sucediera otra cosa, Yoo estaba a la par del cuerpo de su madre, el mencionado la miro como si fuera basura en su zapato, incluso portaba un brillo indescifrable, de repente aparecieron dos tipos, vestidos completamente de negro y sus rostros estaban cubiertos por un pequeño pañuelo alrededor de la nariz.

Los encapuchados caminaron en dirección hacia ellos, con intención de tomarlos, Agust tomo la mano de Jimin y se aferró a ella, no permitiría que le hicieran daño a su amigo.

— Alto ahí. — Interrumpió el mayor de cabellos negros. — Aún no termino con su alteza. — Esta vez su visión se posó por completo en el rubio, que sintió un escalofrío por la locura que albergaba ese tipo. — ¡Fuera!— Los secuaces asintieron antes de girar con rumbo a la puerta de nuevo.

— Esperen. — Se volvió a dirigir a los encapuchados. — Antes de irse, lleven el cuerpo de mi hermanita y prepárenla para el funeral. — En tanto decía esas palabras, tomo la ensangrentada cara de la mujer y con un beso al aire la despidió. — Debo hablar con mi sobrino.

IMPERIO EN CENIZAS [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora