Un chico malo en mi verano✔

*Diecisiete*

—Hola —saludo, y abro, pero no para que entre, si no para salir. He dejado el teléfono, así evito la tentación de ver el mensaje de Luke. Le hago señas para que caminemos—. Iba a salir a caminar un rato —añado adelantándome.

A Josh no le queda más que seguirme. Espero que diga algo, no seré yo quien va a hablar.

—¿Sigues enojada? —pregunta.

—¿Debería estarlo?

—Allie...

—¿Por qué debería estarlo? —increpo lo mismo.

—No lo sé, pareces molesta desde ayer que saliste huyendo —aduce y eso me hace exhalar.

—Bueno, será porque tenías pensado terminar con tu novia y no me lo dijiste, me hiciste creer que se la llevaban muy bien.

—¡Y eso qué! Finalmente es mi asunto con Sophie —se queja.

—Lo sería si ella no pensara que soy la culpable de eso —emito y me adelanto hasta la entrada del bosque.

Luego quiero arrepentirme recordando cosas que han sucedido allí, pero al diablo, no tengo por qué seguirle dando importancia. Josh me alcanza y se coloca a mi lado. Yo me detengo mirando el sendero por donde caminé con Luke.

¡No tengo remedio!

Al final siempre termino pesando en Veneno. Eso pensamiento me hace esbozar una sonrisa, y que se borra al ver la cara de Josh a mi lado. Bastante serio.

—Tal vez es porque le he hablado demasiado de ti que ella piensa eso.

—¿Y es cierto?

—Allie... no, no tiene que ver contigo...

—Pero ella cree que si y es incómodo, ¿no crees que deberías dejarle claro eso de una buena vez?

—Eso... hice —expone y siento algo de vergüenza impostada en sus palabras.

Le miro un poco horrorizada.

—¿Por qué quieres terminar con ella? Me dijiste en algún momento que iban a casarse.

—Es lo que Soph quiere.

—¿Y tú? —pregunto y él resopla.

—No crees que somos demasiado jóvenes para pensar en eso ahora. —Sigo caminando, lo último que quiero es que Josh me diga algo embarazoso sobre por qué piensa eso ahora—. Sí quiero, pero no desde ya. Quiero ir a la universidad pública en Philadelphia, me aceptaron allí —continúa y me deja sorprendida..

—Vaya, eso es super, ¿y cuál es el problema?

—La familia de Sophie es rica, ella irá a Drexel, y quiere que yo lo haga también —explica y yo le miro preocupada—, mis padres no pueden pagar esa universidad, aunque vendieran todo lo que tienen; pero ella insiste en que su padre me conseguirá una beca para que entre allí también, y no quiero eso porque es como si solo se tratara de ella y no de lo que queremos ambos.

—¿Así que es por eso?

—Sí, y quizás lo confundió todo.

—Ahora lo creo —admito sonriendo aliviada—, me niego a creer que la estés dejando por mí, se supone que somos amigos. No hay manera de que te vea de otra forma —admito medio mentirosa porque quizás si lo llegué a imaginar, aunque ya no es así.

«Gracias a Veneno, ¿verdad?», me acusa mi conciencia como si ya no pudiera pensar en más... nadie. Miro el sendero y quiero devolverme a casa.