*Cincuenta y uno*

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Camino hacia allá y me armo de valor para entrar en esa enorme casa que ahora luce monstruosa, como si fuera parte de esos cuentos creepys. Una vez dentro subo decidida las escaleras hasta que llego a las de ascenso al altillo, de donde proviene la luz, aunque no se siente ningún ruido allí. Me decido y subo, y cuando asomo la cabeza Luke está acurrucado en una esquina con su cabeza metida entre las piernas, como si así no pudiera ver lo que le rodea alrededor.

—¿Por qué viniste? ¡Te dije que no quería verte nunca más en tu puta vida! —gruñe molesto, pero no levanta su cabeza—, te dije que no me buscaras...

—Luke —pronuncio y respiro hondo para que las lágrimas no se me desgajen como un torrente cuando él levanta su mirada y me ve allí. sus ojos se abren tan grandes que parece que se le van a salir.

—A...llie...

Trago grueso.

—Hola —digo y curvo poco a poco mis labios en una sonrisa.

—¿Qué... haces aquí? —pregunta como si se negara a creer que estaba allí.

Me acerco y él retrocede más, como si pudiera traspasar la pared.

—Vine a verte.

—No debiste.

—Papá me dijo que escapaste.

—La misma causa por la que tú también escapaste, ¿verdad? —dice, pero se siente como si me recriminara—, ¿por qué no me lo dijiste? Se habría sentido menos doloroso.

—Lo siento.

—Soy yo quien debe sentirlo, no tú.

—No, no es así —discrepo con él y él me mira con algo de ironía en su mirada.

—Pero al final es lo mejor —aduce y siento un deje de derrota en sus palabras.

—No lo es —difiero esta vez—, y aun si fuera... así, no me importaría compartirlo si eso se convierte en tu oportunidad.

—Allie...

—Dijiste que querías ver las luciérnagas en ese pueblo de nombre raro, si mueres no podrás hacerlo nunca.

—Pero tendría que verlas solo.

—No, yo iré contigo.

—Sí que eres cruel.

—Supongo —admito caminando hasta donde está, dejo la linterna a un lado y me acomodo a su lado.

—Por favor...

—Por favor nada, Luke, no crees que hacer esto solo hace que se te escape de las manos todo por lo que has pasado.

—¡Las canciones eran de tu padre! —exclama sin mirarme, solo al piso mohoso y desvencijado—, tenía todos esos recuerdos en su taller, ¿nunca los vistes?

—No —respondo.

—No quiero ser tu hermano, Allie.

—Yo tampoco, Luke.

—Besé a Scarlet, pero no fue igual, incluso pensé en que podía acostarme con ella cuando se me insinuó, y no pude. No eras tú —Luke confiesa y sus palabras me duelen—, me lo echó a la cara, y entonces me di cuenta que jamás podría superar el hecho de fijarme en mi hermana. Y no lo lograré si vienes a buscarme. Tú también sufres igual que yo.

—¿Y por eso vas a dejarte morir?

—Allie.

—Eres veneno, ¿no? ¿Qué más puede matarte a ti, si no tú mismo? —le digo y él me mira espantado.

—¿Por qué volviste? —pregunta como si se diera cuenta que no ha preguntado lo más importante, y de repente nos encontramos hablando somo al principio, luego se gira otra vez—, no quería herirte con ese mensaje.

—No lo hiciste, Luke, lo entendí porque yo prácticamente salí corriendo de aquí.

—Y ahora haces lo mismo, ¿Por qué?

—Porque te quiero Luke —respondo con firmeza y solo hasta ese momento, sus ojos que se vislumbran oscuros adquieren un brillo titilante, y me doy cuenta que quiere llorar—, y vas a tomar el chance que estabas esperando.

—Allie... que intentas... decirme.

—Que tu madre y mi madre cometieron muchos errores, pero no por eso podemos odiarlas, también intento decirte que no me quites a mi padre.

—Pero Allie, ¡es tú padre!

—No —niego—, Jack es tu padre, no el mío —le revelo finalmente y él abre sus ojos, como si por primera vez fuese tomado con verdadera sorpresa.

—Es una broma, ¿verdad? —masculla con sarcasmo y yo niego con mi cabeza, entonces me mira y abre su boca como si tratara de asimilar lo que digo.

—Mamá me confesó ayer que él no es mi padre. Y esa era la razón de su sobreprotección cada que me enviada de paseo con un hombre que no era mi padre biológico.

—Que mierda ocurre con todos.

—Yo también quiero saberlo —esbozo y sonrío a desgano.

—Por qué creería algo así, tal vez solo lo estás inventando para que acepte hacerme la operación.

—Serías tonto si no me creyeras Luke.

—Si quiero, así no me sentiría tan tonto —aduce, entonces me inclino y le doy un beso.

—¿Entonces quien es tu padre? —pregunta cuando me alejo de él.

—No lo sé, y no quiero saberlo.

—Que irónica es la vida.

—Así es, pero Jack es el mejor padre que puedas conseguir sobre la tierra y te aseguro que hará todo lo posible porque puedas vivir a su lado.

—Allie, eres bien estúpida.

—Y tú también.

—Ya veo que al final si soy irresistible.

—¡Idiota! —farfullo y él me toma de las mejillas.

—Soy veneno, no lo olvides.

—Por supuesto que no se me olvida —le digo es él quien me besa ahora.

—Creo que mejor nos vamos, nuestro padre no espera afuera —digo cuando nos separamos.

—Solo si me prometes que esto no es un sueño.

—No, porque yo desperté antes de él —repongo y él sonríe, sonríe ufano con su sonrisa de veneno, pero no del que mata, sino del que es dulce, muy dulce.

Me levanto y él también, pero antes de ir a la escalerilla mira a su alrededor. Voy a pedirle a mamá que no venda esta casa.

—¿Por qué?

—Porque viviremos aquí, juntos —responde y yo trago grueso, pensando que aun, con la posibilidad de un donante, la improbabilidad sigue estando dentro de las expectativas, aunque estas sean altas

—Está bien, pero antes debo graduarme de la universidad y hacer muchas cosas locas.

—Yo también, pero las haremos juntos —dice mostrándome su meñique como ese antiguo truco de una promesa que no se puede romper, y yo no la quiero romper.

No, ninguno de los dos la va a romper. Sonrío contenta, tranquila. Tomo la linterna, y luego su mano y juntos salimos de allí, y sin importar las posibilidades lo único que sé, es que al final, Luke me quitó mis miedos con su dulce veneno, y por qué no ayudarle a quitar los suyos.

Veneno, Fin.

***

Un chico malo en mi verano✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora