*Cuarenta y nueve*

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El aterrizaje fue sin contratiempos y una vez más, o como si viviera un deja vu, me encuentro en la sala de salida arrastrando mi maleta como semanas atrás lo haría en mi llegada. Entonces recuerdo a ese chico odioso que me tropieza a propósito justo cuando iba a correr hacia Joshua, y ni siquiera se digna a pedirme una disculpa o ayudar a levantarme. Se siente como si estuviera viviendo mi vida en un recuerdo paralelo.

—Allie, apúrate, vamos al taxi —la voz de mamá me saca de mi momentáneo trance dándome cuenta que me he quedado parada en la mitad mientras la gente que pasa a mi lado se desvía para no tropezarme.

Si fue a propósito. Me sacudo y me muevo arrastrando mi maleta. Esta vez, no iremos a casa de papá, mamá prácticamente ha hecho todo esto de sorpresa, aunque no le quedó alternativa. Iba a venir sola, así se hubiera opuesto, pero no lo hizo. Suspiro hondo, estuvo de acuerdo en venir ella misma. Me apuro y corro arrastrando mi maleta hasta el taxi que ya detuvo. Subimos y nos dirigimos a uno de los dos hostales más famosos del pueblo. Mamá se encargó de todo, bueno, Carl se encargó de todo. Ella lo llama y habla con él mientras nos dirigimos hacia Gladwyne, y mi corazón se acelera recorriendo cada tramo de nuevo hasta allá. Siento una mezcla de emociones que solo explotará cuando vea a Luke... y a papá.

Llegamos y soy la primera en bajar, nos instalamos en la habitación doble. Entro al baño a lavarme la cara, solo para constatar que tengo la cara de alguien que ha llorado mucho y aun no deja de hacerlo. Cuando salgo mamá está sentada en la cama y me mira. Se le ve preocupada y entonces miro que sigue con el teléfono en su mano.

—Jack... ya viene para acá —avisa y yo me agito.

—Tan... rápido.

—Es mejor que sepa que estamos de vuelta y afronte todo esto.

—Mamá...

—Cariño, de lo único que no debes preocuparte de que te odie. Jack te ama, y estoy segura que no renunciará a ti par nada ni nadie. Nunca lo hizo —mamá expone y yo suspiro aliviada.

Pero tiene razón, es mejor que hablemos con él rápido.

—¿Cómo lo tomó?

—Muy sorprendido, como se esperaba.

—Sí, supongo —esbozo, pero luego recuerdo que él me mando de vuelta porque no quería verme sufrir, y por supuesto que está muy sorprendido.

—Pero Allie... hablaré antes con él, tú esperarás aquí, ¿está bien?

Eso me hace suspirar, pero supongo que ella armó todo esto y ella tiene que arreglarlo, y solo sé que estaré con el corazón el mano mientras espero a que lo haga.

—Está bien —digo y ella asiente.

***

Un chico malo en mi verano✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora