*Veinticuatro*

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Encontramos a Scarlet tirada en el suelo y quejándose que se había doblado el pie, y haciendo tal escándalo, que Luke tuvo que ir y ayudarla y no me extrañaría que estuviera fingiendo cuando se abrazó a él más de la cuenta y le pidió que le ayudara a caminar. Llegamos al muelle.

—No creo que pueda remar, ¿puedes llevarme? —manifiesta quejándose de su pie.

—Vamos, Scar —Luke protesta.

—Ella puede ir en la otra y remar detrás de nosotros —propone y yo resoplo porque es una mala idea. No me veo remando sola.

Luke me mira, y parece impasible con la actitud de Scarlet.

—¿Puedes esperar?, no dejaré que remes sola de vuelta —me dice y su tono comprensivo me hace esbozar una sonrisa y asentir.

—Está bien —acepto y él me guiña su ojo.

—¿Y por qué no puede remar sola? —Scarlet pregunta toda enojada.

—Tú tampoco puedes, ¿no? —le replica—, y creo que lo sabes muy bien, u olvidas tu broma de la piscina —le recuerda y ella chasquea molesta.

—¿Entonces porque vino? Debió quedarse.

—Porque yo le pedí que viniera, y ahora vamos, o se nos hará tarde —le reprende y ella me mira con un disgusto que cada vez se acrecienta en su cara.

Luke se quita sus audífonos y me lo coloca en la cabeza, me sonríe y va con la odiosa de Scarlet y la ayuda a subir. Después que se acomoda, sube él, me da una sonrisa apretada y guiñándome un ojo empuja la barca y empieza a remar. Yo tomo asiento sobre la plancha de tablas de madera del muelle y me quedo observando cómo se alejan, y es imposible evitar como me mira esa odiosa, parece sonreír como si estuviese cantando victoria por dejarme allí. Y no es así. La miro de la misma forma; sin embargo, cuando la barca se va perdiendo al fondo del lago para llegar al otro lado, es cuando empiezo a sentirme sola.

Me abrazo a mí misma, el sol de más de medio día arrecia un poco caliente y solo pienso lo favorecedor que es para el día de picnic. Busco en mi cartera cruzada y sao mi teléfono. Necesito matar el tiempo mientras regresa Luke y lo mejor para eso es hablar con mis amigas, Jess y Cam seguro gritan como locas cuando les hable de lo que pasó con Luke, aunque me pienso si contarles todo o no. Finalmente, solo ha aceptado que le gusto. Y también me gusta... solo que no soy tan arriesgada para aceptarlo y decirlo. Suspiro hondo y marco a Cam, y contesta al tercer tono.

—¡Allie! —chilla al otro lado de la línea, muy eufórica, tanto como el ruido que se escucha alrededor.

—Sí, quien más, y baja un tono que me dejas sorda.

—¡Lo siento! Es que aquí hay mucho ruido.

—¿Dónde estás?

—Eh, estoy con Jess, Mart y Ernie en el juego de despedida del equipo —explica y eso me hace recordar que la escuela lo había programado como una despedida porque la mayoría de los chicos eran de último curso. Entre ellos, William.

Sonrío porque su nombre ha dejado de hacer eco en mi cabeza.

—¡Oh, súper! Espero ganen —digo mostrando un poco de emoción.

—Gracias, Allie, y tú, ¿te la pasas bien en el lago con tus amigos? —pregunta y puedo notoria su jocosa ironía. Ellas creen que voy a cambiarlas por las chicas de acá, pero eso no va a suceder.

—Sí, pero no con ellos —respondo para atraer su curiosidad.

—¿No con ellos? ¿Eso quiere decir que estás con alguien diferente?

—Eh, si —contesto y ella chilla al otro lado, de paso escucho como grita llamando a Jess.

—¿Estás solo con el chico misterioso del que solo vimos su espalda?

—Ya, Camille, es lo que mejor pude sacar de él. No es como si pudiera sacarle fotos de forma normal.

—Ya, guárdatelo para ti solita, y por lo visto William está perdiendo su oportunidad —arguye.

Ruedo mis ojos pensando en que eso ya me vale.

—¿Cuál oportunidad? Nunca hubo ni habrá nada, y prefiero olvidar esa vergüenza.

—Me ha dicho que le hubiera encantado que estuvieras allí, porque cuando terminen iremos todos a celebrar juntos.

¡Vaya! pero que le pasa a William de repente, aunque a veces quiero pensar que ellas solo me dicen esas cosas para que no me amañe acá; sin embargo, por el momento tengo una buena razón para disfrutarme el resto de... vacaciones. Y pensando en ello, creo que el tiempo se hará corto y yo deseo que se haga largo. No quiero apresurarme, pero ya empiezo a hacer planes, pero antes debo saber qué es lo que hará Luke. Finalmente, cuando acaben mis días aquí yo debo regresar a casa y seguir mis planes trazados. Eso me hace pensar en cuáles serán los suyos, ¿va a ir a la universidad?, ¿y a cuál?

¡Diantres!

—¡Allie! —la voz de Cam me saca de mi ensoñación—, no me dejes colgada.

—Eh, lo siento, solo pensaba algunas estupideces. —Trato de explicar mi desvarío mental.

—Buen momento para hacerlo. Menos mal que es tu saldo y no el mío —ella bufa risueña—, pero, ¿has pensado en algo en Will?

Muy buena pregunta.

—La verdad, no.

—¿Ese chico está contigo, ahora? —pregunta y eso me hace levantar mi mirada hacia el lago, entonces dibujo una sonrisa en mi boca al ver la barca volver.

—No de momento, pero ya viene.

—Dime exactamente dónde estás, Allie —exige y yo sonrío.

—Al otro lado del lago, Luke me invitó a mirar los terrenos de su madre.

—Vaya, entonces vas muy bien con él, y supongo que Will ya no debe importarte.

—Cam, de momento solo intento pasarlo bien para no arruinar mis vacaciones, después del susto que recibí.

—¿Y obvio lo pasas bien con quien te salvó? —ella increpa y algo me dice que ahora no parece del todo contenta conmigo.

—¿Sucede algo, amiga? —pregunto, quiero saber por qué de repente parece algo molesta.

—Ah, nada, solo me gustaría que pensaras en lo que haces. Bien sabes que no vivirás con tu padre para siempre y tendrás que regresar a esta realidad donde quizás ese chico no esté. Tal vez solo... —ella pausa—, deberías pensarlo un poco.

—Cam...

—Lo siento, no trato de arruinar tus vacaciones, ¡bien! Ahora te dejo, los chicos ya me hacen señas de que los distraigo —prosigue y me cuelga.

La sensación que me queda, aparte de una zozobra en el interior de mi pecho, como si estuviera haciendo algo malo; no obstante, ella tiene razón. Era lo que estaba pensando y en la incertidumbre de nuestras posibilidades. La barca en la que viene Luke se acerca, pero la realidad hace que le vea lejano; sin embargo, la sensación de dejarme llevar y que más adelante no esté, también se convierte en zozobra.

Quizás ella tenga... razón... pero como parar algo que parece que no tiene frenos. Veneno, como quiere que le llame, en fondo es muy dulce; pero al final nunca un veneno ha sido bueno. Algunos son... letales.

***

Un chico malo en mi verano✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora