sunghoon.

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Solo miro el coche

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Solo miro el coche. Era un coche del cual ni siquiera sabía la marca, pues era súper antiguo. El viejo coche de papá.

«Con este coche llevaba a tu madre a todos lados, ah... Que Buenos tiempos. » Que pena que yo no vaya a llevar a nadie.

Vuelvo a mirar el coche de nuevo, recordando todo lo que hice para llegar aquí, hasta tener mi licencia de conducir entre manos. A veces pienso que soy estúpida y que la gente solo me toma el pelo una y otra vez. Y yo nunca me doy cuenta.

Miré la llave del auto, que sostenía entre mis manos. Suspiré. No era que yo realmente quisiera liciencia de conducir, ni un auto. Pero papá se ilusiono tanto cuando le dije la idea el año pasado, que no dejó de recordarlo ni un día.

Y ahora mismo lo único que me causaba ese auto eran ganas de patearlo hasta romperlo.

Y sí, sé que es imposible.

Miré el auto de nuevo y recuerdos de él volvieron, como si otra vez volviera a estar delante mío, entre mis brazos, o entrelazando nuestras manos, o jugando con nuestros cabellos,...

Abrí la puerta y me subí en el asiento del conductor, posando mis manos encima del volante. Mirando hacia el frente, hacia la puerta metálica de nuestro garaje. Metí las llaves en el coche y arranqué el motor. Pero al segundo lo volví a apagar. Y baje de nuevo de aquel viejesturio. No tenía ganas de conducir, no. Porque conducir solo me recordaba a él. Y yo no quería recordarlo.

Suspiré y cerré la puerta de un golpe, molesta.

Subí a mi habitación y tire mis llaves por cualquier lado, para después tirarme en mi cama.

Así pasaba desde hacia dos meses atrás con mis estados de ánimo, siempre pasaba de estar melancólica a enojada a rabiar y por último lloraba comiendo helado, como si fuera una idiota a la que le han roto el corazón.

Aunque en verdad sí lo era.

[ . . . ]

-¡SuuuuuuungHoooooooon!

Gritó la rubia - claramente teñida, porque con su nacionalidad coreana debía ser difícil nacer con ese color de cabello. - y el pelinegro volteo hacia ella.

Y este sonrió. Y ella sonrió. Y se fundieron en un abrazo. Y yo solo escapé hacia mi aula, sin mirarlos mucho más. Me interesaba, pero no iba a mirarlos. No debía.

Al entrar a mi aula, SooJin me miró con una leve mueca. La miré también.

- ¿Qué te pasa? - preguntó ella, mientras tomaba asiento en la silla que estaba justo delante de ella.

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