sunghoon.

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Era todo oscuro, no conseguía ver nada entre la nada

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Era todo oscuro, no conseguía ver nada entre la nada. Hasta que de repente una luz comenzó a moverse a la lejanía, me acerqué corriendo. Y entonces la ví.

Una chica patinando, dejándose llevar, la única luz en medio de toda la oscuridad. Cada deslice que daba dejaba un rastro de luz. Entonces sentí la necesidad de patinar junto a ella, y así lo hice. Comencé a patinar, entonces ella se adjunto a mí, como si aquella coreografía estuviera ensayada. Y entonces ella extendió su mano hacia mí.

Pero antes de poder tomarla desperté. Sentado en la cama me percaté de que mi respiración era muy agitada, de que estaba sudando y de que pequeñas lágrimas caían de mis ojos.

Miré hacia mi reloj, ya era tarde. Me levanté y caminé hacia el lavabo. Después de asearme tomé por primera vez mi teléfono en el día. «Sábado 7...12:03.» Después de eso, lo siguiente que ví, fueron muchas notificaciones de Kakaotalk y llamadas perdidas.

Suspiré, sabían que serían del entrenador regañandome. Así que solo lo ignoré y me preparé para ir hacia la pista de patinaje.

Una vez llegué, me encontré con todos mis compañeros y un entrenador muy furioso. Regañandome, diciéndome que soy el patinador principal, que no puedo hacerle eso al equipo. Me disculpó por llegar tarde y solo me encaminé hacia los camerinos ignorando el resto de gritos que me echa el entrenador.

Me siento en una banca y comienzo a ponerme mis patines. Algunos de mis compañeros entran a sacarlos, pues ya es hora de que se vayan a casa. Aunque dudo mucho que el entrenador me deje marchar a mí.

- Eres una bella durmiente, Dios mío. - dijo la voz de Sunoo acercándose a mí.

Lo ignoré viendo como se sentaba a mi lado.

- Me quedaré contigo, eh. Viste que sí soy un buen amigo, y después no me quieres invitar a hamburguesas. - habló.

- Lo que digas. - dije, levantándome para salir de allí. Lo escuché seguirme.

Salimos pero no pude ver al entrenador en ningún lado. Sunoo parecía también buscarlo, pero no había ni rastro de nuestro mayor. Sin embargo nada más llevar la vista a la pista, la ví. Era la misma chica que patinaba en mi sueño. Estaba haciendo la misma coreografía y un escalofrío recorrió toda mi espalda.

- ¿Quién es?

Llamé la atención de Sunoo, quién me miró y luego a la chica. Sentí como sonreía, sin embargo no aparté la mirada de la fémina.

- Es la hija del entrenador, Min Jukyung.

No dije nada más, solo seguí viendo como se deslizaba en el hielo. Como se dejaba llevar.

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