jungwon.

7.6K 387 313
                                    

- Lo siento, de verdad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Lo siento, de verdad.

La escuché decir y solo me limité a asentir, mientras la veía hacer un puchero.

- De verdad que no quería ir con SungHoon, pero él no deja de insistir y-

- Solo veté ya con tu odioso novio.

Contesté y ella sonrió porque sabía perfectamente que aunque intentara hacerme la enfadada, yo no lo estaba por completo. Por algo éramos mejores amigas, Cho Miyeon y Im Nayeon, dobleYeon, contra el mundo. O al menos así se nos conocía por la Universidad. Ya era nuestro segundo año acá, SooJin y Yujin terminaron estudiando Artes escénicas junto al novio de la última nombrada, ósea Ni-Ki. Mientras yo había ido por Arquitectura y por último Miyeon y su novio habían tomado el camino de medicina. Ellos volvieron después de que SungHoon se sincerara con ella sobre su situación y ella lo acompañó a todos los juicios que hubieron contra su padre, pues al final Hanna y su familia si lo delataron. Yo fui a algunos, pero no saqué nada de provecho. Al final su padre quedó en libertad, por falta de pruebas.

Durante los cinco últimos años no me había olvidado de Jungwon, pero después de haberlo buscado por aproximadamente dos años, deje de hacer el estúpido y me concentré en mi vida, pues aquel pelinegro no iba a aparecer de nuevo.

Miyeon terminó por irse y suspiré mirando hacia la mesa de dibujo. Me encontraba en la sala común de dibujo arquitectónico, en donde todos los alumnos de arquitectura veníamos a hacer dibujos o maquetas que nos habían pedido.

Miré por la venta soltando un suspiro y estiré mis brazos. Realmente arquitectura era una carrera dura. Debías estar horas y horas esforzándote si querías buenos resultados.

Escuche que alguien entraba y me parecía extraño que alguien entrara a esas horas en el estudio, pues en arquitectura hacer trabajos de última hora corriendo no traía buenos resultados. Puedo asegurarlo.

No le dí mucha importancia y continúe trabajando, escuché como una voz masculina algo aguda soltaba un leve: «Hola» y yo solo respondi de la misma manera, sin levantar la vista de la hoja.

Escuche que hacia algo de ruido pero no me interesó para nada. Hasta que después de un rato volvió a hablar:

- Perdona que moleste, pero, ¿sabes donde hay reglas? Es mi primer día y olvide la mía en el cuarto. - dijo y lo miré. - Solo venía a hacer un dibujo, porque dibujar me des estresa. Aunque eso es contradictorio, porque normalmente a la gente le suele estresar mucho la arquitectura, posiblemente tu estés en ese grupo de gente, ya que hay que tomar muchas medidas y ser muy precioso y exigente consigo mismo, pero a mi me gusta mucho y... Bueno mejor me callo ya, lo siento suelo hablar mucho, incluso de más.

Ví como el chico pelinegro rascaba su nuca y sonreí ante eso porque me parecía un acto muy tierno.

- No te preocupes, es agradable saber que te gusta la arquitectura. A mí también. - dije mirándolo con una sonrisa. - Están en la mesa esa del fondo, ten cuidado de devolverla porque los profesores se ponen como fieras cada que falta algún material de repuesto.

› ENHYPEN CONTENT. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora