jake.

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- Y entonces dijo: «¿no me extrañaste?»

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- Y entonces dijo: «¿no me extrañaste?». - intentó imitar la voz, la cuál era más grave que la suya.

- ¿Enserio dijo eso? - preguntó Sunoo, cerca de su amiga, escuchandolo como si fuera un cotilleo y con los ojos bien abiertos por la sorpresa.

- Ajam. - asintió su amiga, con la cabeza. - ¡Desde entonces parezco su maldita secretaria! ¿Puedes creerlo? No me deja sola ni un segundo.

La pelinegra se recostó bruscamente sobre su sillón marrón. Sunoo la observó desde el otro asiento, para después agarrar su taza de café y llevarla a sus labios.

Dio un sorbo y luego volvió a dejarla en la mesa, sin dejar de observar como su amiga se lamentaba con los ojos cerrados, tirada sobre el sillón de la cafetería.

- ¿Y qué hay de malo? - preguntó de repente el chico, haciendo que la pelinegra abriera los ojos de golpe. - Aprenderás más de cerca como trabaja el jefe, eso debería ser bueno en tus pruebas.

- ¿Te estas poniendo de su parte? - preguntó Jisoo, con un leve puchero en sus labios.

- No, pero..

- Genial. - sonrió interrumpiendolo, sacando un suspiro de Sunoo.

- Tal vez todavía le gustas. - dio un sorbo rápido al café y ella lo miró.

- No estamos en una comedia romántica, Sunoo.

- Ajam. - terminó su café, para después levantarse del sillón. - Yo iré volviendo, debo terminar unas cosas.

- Está bien. - su amiga, lo vio levantarse de la cafetería de la Oficina, para después verlo ir hasta el ascensor y subir hacia el piso en donde se encontraba su lugar de trabajo.

Jisoo miró la taza de café blanca que reposaba sobre la impecable mesa de madera que tenía enfrente, se colocó bien en el sillón a la par que su mente viajaba entre sus pensamientos.

Ella también debía volver al trabajo, pero.. «Tal vez todavía le gustas...»

Jisoo cerró los ojos y meneó su cabeza de derecha a izquierda negando, buscando sacar de su mente aquella improbable teoría que había dicho su amigo.

Soltó un suspiro y abrió su bolso, sacando un papel blanco de él. Lo abrió y observó el dibujo, algo arrugado debía admitir.

Pero es que ese dibujo tenía bastante tiempo, además de que la había acompañado a muchos sitios hasta ahora.

El retrato que había hecho Jake.

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