The Auction (Traducción)

Chapter 25

Las llamas lamieron sus piernas mientras atravesaban el fuego hacia el dormitorio de Draco.  Hermione miró el diario: la cubierta de cuero estaba raspada y gastada, el pergamino suave por el tiempo.  Sus dedos lo agarraron con fuerza y ​​parpadeó.  Pasó las páginas que nunca había visto antes, comprobando que fueran reales. 

La clave del código de los Scourers la miró fijamente.  Respiró entrecortadamente, hojeando las páginas hasta que se le nubló la vista. 

Lo habían hecho. 

Habían obtenido la información que necesitaba.  Era más de lo que se había atrevido a esperar.  Se giró hacia Draco, sintiendo que la energía la recorría.  Se quedó de pie con las manos en los bolsillos, mirándola. 

-Sabía que funcionaría.-dijo sin aliento. 

Él arqueó una ceja.-Pero no fue así. Fallaste en seducirle para sacarle la información...

-Aún logré que compartiera lo que sabía...

-¿Conseguiste que me entregara ese libro? Si no tuviera la previsión de...

-¿Utilizar suero de la verdad en una chica indefensa?-Ella lo fulminó con la mirada.-Sí, no debemos olvidar esa parte.

Draco se burló.-Hace una hora, no la hubieras escupido si estuviera en llamas, pero ahora sientes que ha sido tratada injustamente...

-Hubiera esperado que me informaras de un complot como ese

-Te consiguio tu maldito diario, ¿no?

-¡No, no fue así! Nos invitó porque ya estaba planeando decirnos

-Él estaba mirando la situación, y si yo no tuviera influencia, podría haberlo usado contra nosotros

- ¡incorrecto!  ¡Nos lo dio porque se preocupa por Oliver!

-No importa.-Draco se pasó la mano por el pelo.-Ahora tienes el diario

Ella frunció los labios y pasó los dedos por las páginas de nuevo.  Su mente comenzó a zumbar rápidamente, su irritación desapareció.-Es galo.-dijo después de unos momentos.-El séptimo grupo se basa en runas galas.-Mordiéndose el labio, miró el reloj en su manto.

Eran las 2:30 por la mañana, pero ella estaba completamente despierta.

-Enviaré café a la biblioteca.-dijo él rodando los ojos.-Ve.-Ofreciéndole una rápida sonrisa, ella salió corriendo y bajó. 

En diez minutos, tenía la mesa de la biblioteca llena de diarios, pergaminos y tinteros, bebiendo su primera taza de café y masticando una galleta. Trabajó toda la noche, asombrada de cómo funcionaba la llave. Sólo tenía que  visualizar una runa y presionar sus dedos sobre el pergamino antes de que las letras y las figuras se reorganicen, poniendo al personaje en cuestión  Para la parte superior de la página.

Garabateando furiosamente para desenredar los símbolos que había estado mirando durante meses, sintió que su mente daba vueltas por la emoción de trabajar en un problema, todos los pensamientos y preocupaciones sobre Oliver y Theo desapareciendo. 

Una vez que los rayos del sol comenzaron a asomarse a través de las grandes ventanas, comprobó su progreso.  Ella había traducido una página completa del diario de Tolbrette, una velocidad casi cinco veces más rápida que su velocidad normal.  La euforia la invadió, hasta que sus ojos se encontraron con los diarios restantes.  Estaba solo unos centímetros más cerca de descifrarlo todo.  Y todavía estaba el tema de todas las páginas que faltaban. 

Tendría que llenar los espacios en blanco para reconstruir sus hechizos.  Sacudiendo su mano acalambrada, miró el diario con el ceño fruncido.  Una página, un paso a la vez.