Chapter 39

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Atravesar las puertas de la mansión y entrar en la entrada fue como entrar en un sueño familiar.  El candelabro brilló, reflejando luz sobre el mármol pálido y los altos arcos.  Las escaleras la invitaban a subir, donde podía meterse bajo las sábanas y esperar a que terminara la pesadilla.

Un boom distante perforó los tímpanos de Hermione, y cerró la puerta con una sacudida.  Ella se hundió contra él, luchando por pensar. 

Lucius estaba muerto.  George lo había matado. 

Lucius estaba muerto y la Verdadera Orden estaba tratando de entrar en la Mansión para matar a Narcissa, y ella tenía que encontrarla y asegurarse de que estaba a salvo. 

Respirando profundo, Hermione cerró sus estantes en su lugar. 

-¿Narcissa?-ella gritó.-¿Mippy?

Se movió rápidamente por el pasillo, con la varita desenvainada mientras giraba por las esquinas y miraba hacia las habitaciones oscuras.  La oficina de Narcissa estaba vacía, sus cartas esparcidas, sus estanterías volcadas.  El dormitorio principal parecía vacío.  Hermione atravesó las lámparas rotas y la ropa desparramada, pero no encontró a nadie en el baño.  Nada en el Conservatorio excepto las flores que se marchitan a la luz del sol. 

Hermione echó a correr mientras se dirigía a la biblioteca, corriendo por el pasillo bordeado de hombres de mármol que se parecían demasiado a Draco.  Las puertas estaban cubiertas de cortes, como si alguien hubiera intentado empujarlas con un hacha para entrar, pero las manijas se calentaron bajo su toque antes de que cedieran.

La habitación estaba vacía y sin tocar.  Sus estantes temblaron mientras volaba hacia las mazmorras, encontrando la puerta abierta y las celdas sin llave.  Había un catre apoyado contra el pilar de piedra, que parecía recién dormido, una pequeña manta doblada cuidadosamente encima. 

El pánico en su pecho se disparó cuando irrumpió en las cocinas y encontró verduras medio picadas, las ollas burbujeando.  Un taburete había caído al suelo, un cigarrillo al lado, todavía humeante.

-¿Plumb?-Hermione apretó el agarre de su varita.-¿Remmy?

Silencio. 

Apagó la estufa y el cigarrillo y regresó al pasillo.  Su cabeza se sentía mareada mientras miraba en ambos sentidos por el pasillo salpicado de sol.

-Homenum Revelio

La punta de su varita se encendió y luego se apagó.  Un terror retorcido se apoderó de ella.  Narcissa tenía que estar aquí.  Ese había sido el plan de Lucius desde el principio. Un débil trueno crepitó en la distancia.  Caminó por el pasillo, tratando de respirar a través de la creciente opresión en sus pulmones. 

Sus ojos recorrieron las alfombras y las paredes en busca de pistas, pasando por encima de las pinturas y los tapices:

la mansión tiene muchos secretos.

Sus pies se detuvieron.  Parpadeó por encima del hombro, mirando el tapiz que Lucius le había mostrado meses atrás cuando la había obligado a hacer un recorrido por la Mansión.  Estiró el cuello para contemplar el paisaje exuberante, los campos cubiertos de hierba y las nubes altas.  Una yegua solitaria pastaba a lo lejos.

Hermione levantó su varita.-Dissendium

La yegua levantó la cabeza y la miró con ojos oscuros.-Aparecio.-dijo Hermione, su corazón latía más rápido.-Revelio. Appare Vestigium

La yegua masticó antes de darse la vuelta y alejarse a trompicones, profundamente en el fondo.  El brazo de Hermione cayó.  Se acercó a la pared, miró detrás del tapiz y volvió a lanzar sus hechizos. 

The Auction (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora