Chapter 34

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Un viento bailó sobre su piel.

Una fila de carruajes aguardaba, conducidos por caballos muertos.

El chico de cabello pálido la ayudó a subir el escalón y la guió hasta un asiento. Le siguieron otros dos compañeros.

Una pareja mayor. Murmuraron el uno al otro, sus ojos mirando hacia ella y lejos. Su vestido era un gran peso sobre sus hombros. Con el chasquido de los cascos, el carruaje se tambaleó por un camino hacia un castillo. Una nube reinaba sobre él: una calavera y una serpiente. El carruaje se curvaba alrededor de un lago y la luna brillaba en sus plácidas aguas.

Cuando el castillo se acercó más, Hermione se concentró en sus estantes. Sus dedos se deslizaron por un libro con la cálida luz del sol brillando en un patio, y dos niños caminando con ella a clase. Lo empujó profundamente en el estante central, junto a un libro con gritos y escombros y un chico de cabello oscuro colgando sin vida en los brazos de un medio gigante.

Los caballos muertos se detuvieron. La puerta del carruaje se abrió y una mano se extendió hacia ella. Ella lo tomó, y dedos fríos se movieron entre los suyos mientras descendía el primer escalón. Sus ojos siguieron la mano hasta un rostro redondeado con ojos demacrados. Un estante en su mente gimió. El chico pronunció su nombre y un libro cayó, sus páginas se abrieron revoloteando por sapos perdidos, pociones torpes e invitaciones tartamudeadas a los bailes ...

Neville.

Sintió que sus pulmones colapsaban, puntos negros en su visión. Y luego una mano cálida en su espalda, instándola a seguir. Respiró hondo y se dejó caer al último escalón del carruaje. Apretó la mano de Neville antes de soltarla, observando su rostro curtido por el sol y su labio partido. Vestía una larga túnica negra, ceñida con una cuerda dorada. Sus ojos amoratados buscaron los de ella.

-Ya es suficiente quedarse boquiabierto, Longbottom.

Neville saltó como si lo hubieran pateado. Rápidamente dio un paso atrás, cojeando hasta el siguiente par de carruajes. Draco presionó su mano en su cadera y la condujo en la otra dirección, moviéndolos hacia el patio. Lucius y Narcissa ya se habían adelantado. Hermione trató de volver a concentrarse, pero cada paso que daba de Neville era como un carámbano en el pecho. Sus amigos estaban pasando hambre y eran golpeados. Y ella goteaba en diamantes.

Sintió que el peso de su vestido la arrastraba hacia abajo, las rodillas se le doblaban. Draco hizo una pausa, agarró su codo y presionó sus labios contra su oído.

-Puedes hacerlo.

Las palabras la atravesaron.-Retrocede un poco.-Su pulgar hizo un lento círculo sobre su codo.-Para que sepan que todavía estás allí

Inclinó la barbilla en un gesto de asentimiento y, tras un fuerte suspiro, continuaron caminando. Hermione centró su atención en la calidez de su mano, preparando su mente para la embestida de personas que estaba a punto de encontrar. Estaban aquí por el Verdadero Orden esta noche. Y Harry la necesitaba para terminar lo que había comenzado.

Para cuando entraron al patio, sus aguas estaban tranquilas, y Neville estaba metido en el libro más profundo del estante central. Una multitud se mezcló, sus risas ahogaron la música baja. Draco levantó dos copas de champán de una bandeja flotante y Hermione parpadeó, aceptándola.

-Draco.-gritó una voz resbaladiza.-Que bueno verte.

Hermione permaneció inmóvil al lado de Draco mientras Marcus Flint se acercó a ellos. Penélope la siguió un paso atrás, con un sencillo vestido negro ceñido con una cuerda dorada. Marcus asintió a Hermione.

The Auction (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora