Treinta y Tres

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La empresa de Frank siempre se sentía intimidante cuando la veía desde fuera. No es que haya estado tantas ocasiones como para acostumbrarse, pero ya estaba parado enfrente mirando la puerta intentando recuperar valor para entrar.

La puerta chilla un poco a medida que es abierta y Gerard nota que una de las recepcionistas lo ve, y sin saber muy bien qué decir, se acerca.

— ¡Hola! Ehmmm... Me preguntaba si podía ver al dueño del lugar.

— Bueno, señor, hay varios dueños...

— ¡Claro! Es obvio, ehmm... ¿Al jefe? ¿Al señor Iero?

— Ah, se refiere al señor Iero, ¿Lo ha citado? — Dice mientras toma el teléfono, marcando unos números.

— Algo así... Bueno, no, en realidad no, ¡Pero nos conocemos! Por favor, agradecería que no lo llame porque es una sorpresa.

— Sabe que no puedo dejarlo pasar, ¿Verdad? La política de la empresa no me lo permite.

Gerard hace una mueca... Sabe que ella sólo hace su trabajo, que no es algo contra su persona, pero al mismo tiempo no quiere rendirse o recurrir a algo como inventar una excusa diciendo que es el sobrino de Frank, porque vomitará si debe decir eso.

— Soy amigo de Fall Out Boy, ¿Sí? Patrick, el bajito, Pete el bajista, y de Andy, con las baterías, ya sabe... Y también de Joe... Puede llamarlos, ellos le dirán que no soy un terrorista que atenta contra su jefe.

La mujer arquea una ceja algo extrañada pero no reacciona, no puede dejarlo pasar por el protocolo interno y todas las reglas que debe cumplir.

— Llamaré a su secretaria. — Dice tomando el teléfono.

El pelirrojo asiente mientras se golpea la cabeza mientras ella no lo ve e intenta disimular su decepción al hablarle. Sabe que no puede colarse porque necesita una tarjeta de acceso a la oficina de Frank.

— Puede subir, la secretaria del señor Iero dice que está desocupado por ahora, pero que debe agendar una cita con posterioridad si desea verlo. — Dice extendiéndole el libro de visitas, que el pelirrojo rellena rápidamente con su nombre y datos personales, junto con su firma.

— Claro, no vendré sin cita. — Dice después aceptando la tarjeta.

Va al ascensor rápidamente con la esperanza de esconderse ahí de semejante vergüenza. No culpaba a nadie, sólo a él mismo. Se sentía estúpido al haber supuesto en el principio que le sería fácil llegar de sorpresa a la oficina de Frank, pues tomando en cuenta el incidente que hubo meses atrás con la filtración del álbum de All Time Low, era obvio que habría más seguridad en el lugar.

Aunque, para ser justos, tampoco esperaba venir, hubiese hablado antes con alguien o algo, pero estaba aburrido en casa luego de la universidad, sin nada que hacer, sin siquiera un deber que entregar, ya que sus profesores estaban introduciendo el año en su nuevo semestre.

Entonces no se le ocurrió mejor idea que venir a la empresa de Frank e invitarle un café, mientras estaba aburrido podía ser su co-secretario o algo.

El piso al que tenía acceso único abrió sus puertas cuando llegó y tomó su pase antes de salir e ir a la oficina.

— ¿Usted es Gerard Way? — Pregunta la muchacha un poco mayor que Gerard, pero se nota que es joven.

— Sí... Aquí lo dice. — Dice mostrando su credencial que dice "Visitante: Gerard Way" junto con su color de tarjeta. Cuando ella revisa su credencial, él aprovecha de leer la placa, su nombre, Bárbara Montgomery.

The Perfect Pet ; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora