Ocho

2.6K 270 1.2K
                                    

Casi olvidaba lo que era viajar en bus, estaba algo acostumbrado al ligero auto de Frank y su asiento cómodo en su totalidad. Ahora solamente se recostaba incómodamente en la ventana, doblando su columna aún más, mientras tenía los audífonos puestos y esperaba su parada.

Le había preguntado a Frank hace días por lugares para comer con su familia y le dio una lista buena, comida china siempre sonaba bien en su mente, además de que ni su hermano ni sus padres tenían problemas con la comida china. Frank dijo, entre todas sus recomendaciones, que era un lugar bastante hogareño y siempre que podía compraba comida ahí (para llevar, porque no le gustaba estar solo ese ambiente). Pero le destacó otro lugar y le recomendó ir a ese, que era un sitio de comida italiana que le encantaba ir. Pero era extremadamente caro y casi se le salen los dos ojos cuando vio el precio en general.

Pero, bueno. El día estaba soleado y se había puesto la ropa que había elegido con Frank esa vez que fueron a comprar, con un abrigo negro que amaba junto con los lentes para el sol. Se sentía tranquilo, mientras escuchaba música en sus audífonos y cerraba los ojos esperando su bajada.

Habría preferido quedarse en su casa realmente, pero había planeado hace días juntarse con sus padres ya que deseaban ver a su "niño grande"

Cuando bajó del bus agradeció al conductor bajando con rapidez, viendo el restaurante de comida china, decidió entrar rápidamente y ver si estaban sus padres o hermano en alguna mesa. Colocó sus lentes de sol en su cabeza, y se dio cuenta que aún no habían llegado. Decidió esperarlos sentado en una mesa, que tenía un sillón a lo largo de la pared, con dos sillas en frente.

Él se sentó en el sillón dejando su bolso a un lado, buscando su celular distraídamente para preguntarle a sus padres o hermano si ya estaban cerca. Al escuchar la melodiosa voz del joven que atiende, levanta su vista, algo distraído. Rechaza amablemente su atención al querer saber su orden justificándose de que espera a sus acompañantes. Una pena, porque era realmente lindo.

Era alto y su cabello era corto y negro, complexión delgada, bastante nervioso y apostaba que tenía su edad, y tenía un empleo de medio tiempo. Algo así como él.

Realmente tenía que dejar de pensar como si no estuviese comprometido con algo. Es decir, no era nada más que un compañero sexual para Frank, no había ningún lazo romántico, y dudaba que en otras circunstancias lo hubiesen, también. Pero el mismo sujeto lo dijo, no citas.

Y era una pena porque seguía atentamente con la mirada al chico, viéndolo llevar amablemente platos a otras mesas.

Hasta que su vista se cruzó con su familia entrando por la puerta y se levantó rápidamente haciendo señas pra que lo viesen. Su madre sonrío con alegría caminando hacia él, para darle un fuerte abrazo, estrechándolos en sus brazos. Su padre también le da un abrazo al momento que lo ve, bastante feliz de ver a su primogénito. Mikey solamente le hace una seña con el brazo.

— ¿Qué tal estás, hijito? Te ves radiante, muy juvenil, por cierto — Comenta su madre y Gerard solamente quiere abrazarse a sí mismo, no quería específicamente hablar de su aspecto hoy.

— Estoy bien mamá, ¿Qué tal todo por allá? — Trata de preguntar sin que sea incómodo.

— Normal, ya sabes, cada uno en sus respectivos deberes. Mikey es brillante en la escuela, de seguro es el mejor de la clase — Presume con orgullo apretando una mejilla de su hijo menor.

— No soy el mejor mamá, solamente me va bien. Bueno, Gerard, hablemos de ti, ¿Qué tal la universidad? — Pregunta burlonamente, desviando la atención a su hermano que le da una mirada de "Púdrete"

Su padre solamente se dedica a ver el menú entrecerrando los ojos, porque ha olvidado sus lentes.

— Está yendo genial, no soy el mejor de la clase como Mikey, pero puedo defenderme.

The Perfect Pet ; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora