Cuatro

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Las caderas de Gerard se mueven alegremente mientras gira en su lugar. Los calcetines hacen más eficiente su giro de puntas, pareciendo bailarina de ballet, o eso creía ahí, sumido en la música de David Bowie.

Rebel Rebel sonaba en sus audífonos y trataba de hacer el menor ruido posible para no despertar a Frank de su siesta. Era una canción popular, y sí, habían mejores, pero esta canción sabía ponerlo de buen humor. Y se sentía particularmente emocionado y eufórico en ese momento, saltando mientras bailaba con libertad.

Mientras el mayor estaba durmiendo, Gee prefirió instalarse en la vacía habitación. Solamente colocó su ropa en el armario y acomodó sus cosas restantes. Fue algo simple y bastante animado con música. Había revisado que Frank estuviese cómodo y entrecerró su puerta mientras procuró no hacer ruido.

Traía una camiseta de David Bowie, la había visto en una de esas tiendas de segunda mano, medio descosida y dijo "¿Por qué no?" Horas después logró coser esa camiseta y, aunque le quedase hasta la mitad de los muslos, amaba ocuparla solamente con ropa interior. Se había quitado aquellos accesorios, el arnés, las orejas y el plug. Solamente estaba con ese collar con el cuello semi-ajustado mientras tenía puesta su ropa interior normal y las medias. Su cabello caía alegremente y lo tenía espectacularmente bien hoy.

Después de la canción de David Bowie, se encontró cantando y bailando Don't Go Breaking My Heart, de Elton John. Bailando con libertad y óomo su cuerpo giraba sus caderas, haciendo que girase en el mismo eje en el que se encontraba, también. Sus brazos hacían extraños movimientos al ritmo de la canción mientras reía para sí mismo, tratando de no detener su canto.

Para Gerard, era común escuchar música antiquísima como aquellos dos hombres que amaba profundamente. Le gustaba mucho más esa música y siempre la disfrutaba en demasía.

Era un adolescente que se divertía fácilmente y disfrutaba mucho de expresarse como era.

En una de sus vueltas mientras movía sus caderas en el coro, se encontró con aquella figura viéndolo desde el marco de la puerta, haciendo sombra por el ángulo en que entraba el sol a esa hora específica. Tenía el cabello despeinado y la ropa desordenada, la camisa estaba desabotonada por los primeros tres o cuatro botones de arriba y los pantalones estaban ahí. Traía unas pantuflas grises, sin color. Mientras que las suyas tenían múltiples colores e incluso una tenía unos gatitos, ls suyas eran de un color sólido.

Se detuvo incómodamente mientras bajaba levemente sus audífonos para dejarlos descansar en su cuello, el puente seguía sonando potentemente y se forzó a parar de bailar e ignorar la música para esperar lo que Frank estaba por decirle. Sus mejillas se contornearon de un color rojo y paró la música desde el botón de los audífonos. Segundos incómodos pasaron hasta que el tatuado habló.

— Me alegra que estés cómodo — Comentó al respecto con su profunda voz masculina de 'recién estoy despertando' y siente un escalofrío mientras trata de esbozar una sonrisa.

— Si... Ya me instalé — Su voz salió algo tímida mientras bajaba un poco su camiseta, ya no se sentía tan seguro de sí mismo. Con ironía, podía decir que se sentía como un perrito asustado. Frank siempre lo hacía sentir sumiso cada vez que estaban juntos, su actitud dominante era algo que le encantaba?— ¿Dormiste bien? — Preguntó incómodamente, el tatuado asintió.

— Iré abajo. — Dice y Gerard duda un poco, porque lo trató de manera tan casual, olvidando las "reglas" que le enseñaron en él entrenamiento. — Quizá quieras hacer lo mismo.

Dudó un momento mientras veía su camiseta con curiosidad, debatiéndose si quitársela o dejarla así. Frank no parecía tener planes para seguir... Entrenándolo. Solamente tomó las orejas rápidamente antes de salir mientras baja las escaleras.

The Perfect Pet ; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora