Veinticinco

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Se asegura dos veces de haber cerrado bien la puerta principal, porque teme haberla dejado mal cerrada, pero después de comprobar, queda más tranquilo y se da la vuelta en sus tobillos mientras ve a su amiga esperándolo en la calle.

Get in, loser, we're going shopping. — Dice con una sonrisa cuando lo ve caminar hacia el auto, y le toca levemente la bocina. Gerard sonríe mientras se aproxima y abre la puerta.

— ¿Estuviste esperando este momento para decir eso?

— Se me ocurrió en la ducha. Casi se me cae el acondicionador en el ojo, pero ajá.

— Hablando de tu cabello, ¡Te lo teñiste! — Dice viendo su cabello, rubio, y corto hasta sus hombros. Se veía como de unos años más, pero no sabía si esa era su intención inicial al teñirlo.

— ¿Te gusta? Fue idea de Frances, no pensé que quedaría bien en mí. Yo pensaba quedarme con el cabello negro hasta la muerte.

— El pelo corto te queda muy bien ¡Me hubieras avisado del cambio! Ya ideé un vestido con tu cabello negro.

— Pero simplemente cambia el color del pelo. — Dice ella obvia y Gerard se aferra un poco a su asiento cuando el auto empieza a moverse, porque a pesar de lo responsable que sea su amiga, no le gusta cuando maneja en las calles de Nueva York, mucho menos cuando lo dejaba en su universidad, cerca de las calles concurridas de Manhattan, era horrible.

— Pareces una Barbie. — Le dice entre risas.

Y es cierto, porque tal y como Cady narra en la escena donde Regina la lleva de compras, Lindsey era una Barbie que él nunca tuvo. No porque no pudiese o viviese en África, simplemente prefería cómics en su lugar.

Lindsey estaba hecha para una vida glamurosa y llena de lujos, ella era una persona que emanaba eso. No es que pareciese de la alta sociedad apenas la mirabas, no cargaba unos pendientes de diamantes o un collar que pertenecía a un barco hundido, tampoco llevaba vestidos largos y brillosos. Pero ella tenía un don natural para encajar perfectamente con el entorno que se le presentase, era carismática y siempre que Richard la llevaba a eventos a los cuales era invitado por su reconocimiento en el área médica, ella era espectacular. Había muchas ocasiones, según le contó, en las cuales él debía irse debido a emergencias médicas, y ella quedaba como su representante, porque se hacía destacar sin necesidad. Era muy amiga de gente que posiblemente eran más ricas que Richard, extremadamente mucho más ricas. Se adaptaba muy fácil a las situaciones, con Frances y Gee no era igual que con los amigos de su prometido.

Una cosa que Gerard apreciaba de su amo, era que era una persona totalmente solitaria y no iba a ninguna parte. Es decir, debía ir obligadamente a cosas como lanzamientos de álbumes y lo invitaban a otras cosas del área musical, pero nunca había invitado al menor y era mejor para ambos. Gerard era muy... Poco ideal para esas situaciones. Su aura era jovial, vistosa, muy explosiva, a veces era demasiado adolescente para la vida estructurada y "madura" de Frank, y más lo sería para una reunión con gente muy elitista y seria.

Por eso se llevaba bien con Lindsey, ella podía adaptarse a su personalidad alegre y energética, además del hecho de que llevaban siendo amigos desde hace muchos años.

— Entonces, ¿Cuál es el plan? — Dice cuando están esperando la luz verde.

— Supongo que probarme vestidos. Podemos ver distintos estilos, y tomar notas mentales de las cosas. Sabes que soy una persona muy dispersa en cuanto a mis gustos, entonces si hay cosas que me gustan de los vestidos, lo puedes agregar en un vestido básico.

— ¿Y les vas a decir a las personas que te atienden que estás probándote vestidos porque sí?

— No lo diría así, Gee. Mi vestido tiene que ser bonito. Se supone que lo usaré una vez en la vida, pero... No sé, no voy a pagar millones por un vestido que mi mejor amigo puede hacer, a pesar de que te voy a pagar.

The Perfect Pet ; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora