Capitulo Once

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<< Todo cae en su lugar, porque el tiempo decide y juega a tu favor o en tu contra, alianza mía abre tu corazón ante el miedo, ante la protección que yo te ofrezco >>

El olor a café danzo deliberadamente en sus fosas nasales, provocando que el sueño se disipara de su ser, abriendo sus luminosos ojos jade dando la bienvenida al nuevo día, miro el reloj que se encontraba en la mesita de noche, marcaban las siete y media, no había escuchado la alarma, el lugar a su lado estaba vació, pero aún estaba tibio anunciando que Daisy hace poco tiempo se había despertado, se desperezó obligándose a salir de la cama para dirigirse a la cocina pasando por la estancia hasta encontrar a la chica aun en pijamas con el cabello recogido en un moño desarreglado como la noche anterior, lo recibió con una somnolienta sonrisa

—Buenos días—Le saludó él quien tomó asiento en la mesa blanca de madera, ella le colocó una taza de café justo en frente, sonriente

—Buen día, es raro que estés despierto tan temprano— mencionó ella colocando dos tazones en la mesa así como la caja de cereal y la leche lista para el desayuno—Yo no tengo clases hasta las diez hoy debido a una reunión mensual o algo por el estilo—Explicó preparando ambos tazones al terminar le paso el suyo al hombre con el cabello rizado y desordenado— ¿Qué hay de ti? 

—Eso suena bien, en cuanto a mi tendré que ir a trabajar como siempre—Tomo una cucharada de su cereal de cocoa para después hablar—Hoy me toca ir al muelle a revisar las importaciones—Habló con la boca llena provocando una risa por parte de Daisy quien le lanzó una servilleta—Después de eso debo regresar a la oficina a terminar unos papeles legales y cosas por el estilo—Pasó sus manos por su cabello desordenandolo aún más—Lo sé la vida loca

—Thomas no tarda en llegar, quiere que le ayude a comprar un regalo de cumpleaños para la abuela—continuó comiendo su cereal

—Eso quiere decir que nosotros debemos comprarle algo también ¿no es así?—Ella sonrió meneando la cabeza— ¡Espera!—Daisy lo vio expectante— ¿Es esta tu forma de decirme que iremos a ver a tu abuela?—cuestiono abriendo los ojos a la chica quien comenzó a reír con fuerza ante su ingenuidad— ¡Responde mujer!

—Te lo iba a decir la próxima semana, pero está bien iremos a ver a mi abuela el próximo sábado cumple años así que mi madre me llamó, ya sabes es una orden—él formuló una mueca divirtiéndose—Comprare el regalo junto a Thomas no te preocupes aunque a la abuela no le emocionan ese tipo de cosas

—La he visto poco pero parece amable—Agregó levantándose de la mesa recogiendo sus platos sucios para después lavarlos y colocarlos en su lugar—Yo iré a ducharme, el muelle me espera—Se dirigía a su habitación cuando el timbre sonó, le aviso a Daisy que el atendería sabiendo que era Thomas, abrió la puerta para recibir a su cuñado quien dejó de sonreír en cuanto lo vio —Buenos días cuñado ¡Pasa! Daisy te está esperando—Se hizo a un lado dejando pasar al apuesto muchacho

—Buen día, no sabes que existen las pijamas—Lo examino de pies a cabeza notando que solo llevaba puesto sus bóxer negros—ya está refrescando el clima, puedes coger un resfriado

—Lo tendré en cuenta Thomas gracias —Alegó fresco como siempre—Querida Thomas está aquí—Dio un sorbo al té que tenía en mano— ¿Gustas un café cuñado?—Ofreció con una sonrisa suficiente

—Si gracias—Se sentó en uno de los sofá de la sala esperando a su hermana quien salía de la cocina con dos tazas de café  una de ellas humeando aún, la saludó besando su mejilla agradeciendo el café—Oye Harry—Llamó al inglés quien seguía en medio del apartamento en calzoncillos— ¿Piensas cubrirte en tinta o algo?—Cuestiono refiriéndose a los notables tatuajes del hombre quien le sonrió abiertamente en respuesta

The Deal [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora