Capitulo tres punto cinco.<<Mi cabeza lo sabia, pero mi corazón aun no estaba listo >>
Los cielos parecían jugarle una broma, como riéndose de ella tan azules yapacibles era imposible que un vuelo se cancelara con tal clima, miró frente a ella a su madre quien la abrazaba con fuerza para despedirla en la salida del lujoso hotel, sonriente engalanada con un vestido azul marino de encaje, haciéndola lucir tan joven que casi no la reconocía, su padre en cambio parecía cansado por la fiesta, a pesar de estar rasurado sus ojos parecían cansados
—No olvides llamarnos cuando llegues— le dijo él cuando fue su turno de abrazarla— Si quieres que vaya por ti sólo tienes que decírmelo— le susurro provocando que le mostrara una cómplice sonrisa—Si crees que estás en peligro anótame tres puntos suspensivos en un mensaje y llamaré a la policía yo mismo
—Voy a estar bien papá, descuida— lo besó en la mejilla y él apretó su muñeca —Cuídala chico— le dijo al inglés quien le sonreía mirándolo a través de sus lentes oscuros —Y mucho cuidado
—Descuide— le aseguró abrazándolo también, por mucho que su suegro no quisiera para después abrazar a su suegra quien le sonreía complacida, acto siguiente estaban partiendo en el taxi que los llevaría al aeropuerto, Edna miró a su marido antes de agregar
—Quien dice que los británicos son fríos— sonrió —Todo pasó tan rápido
—Y tú qué decías que nos iba a defraudar mujer— acusó Thomas Rochester antes de colocar su brazo en los hombros de su esposa—Espero que todo salga bien
—No dije que nos iba a defraudar, temía que lo hiciera eso es todo.
Una vez dentro del avión que solo compartían ellos dos y unos cuantos asistentes la chica titubeó al asegurar su cinturón de seguridad, él parecía no prestarle mucha atención ya que hablaba por teléfono antes de despegar, Daisy miraba a todos lados con el pulso acelerado, los nervios a flor de piel
—¿Es la primera vez que vuelas?— Preguntó colgando el teléfono para asegurarse ahora el si cinturón de seguridad
—No... bueno en un avión así si pero he volado antes— le aseguro mientras seguía moviendo sus piernas inconscientemente, no fue hasta que el poso una de sus largas manos en su rodilla que ella reparó en el movimiento involuntario—¿No vas a matarme cierto? —Su voz fue un hilo, un susurro tal que él tuvo que inclinarse para escucharla
—Daisy, si fuera un asesino no hubiera esperado seis meses y gastado una fortuna en una boda espectacular solo para acuchillarte y lanzarte en una zanja —Explicó con sorna provocando que la chica de largos cabellos lo mirara aún más ansiosa —No, no voy a matarte cariño
—Bien, porque todo esto es muy surreal y odiaría que Thomas tuviera razón— suspiró intentando contenerse, el miedo la mataba no por él sino por que su vida estaba dando cambios radicales, deseaba estar en casa de sus padres como cada verano peleando con su madre y hermanos mientras corría hacia casa de su abuela y se caía un par de veces por sus piernas torpes... ¿lo prefería? Quizás no el cambio era mucho
—Le dije a mi madre que iríamos al caribe como tú dijiste ¿Vamos ahí?— pregunto una vez más mientras estriaba las piernas — Es...esto es decir no es que desconfíe pero
—Si princesa vamos al caribe, no tenemos tanto tiempo como para ir a viajar por el viejo continente ni ganas a decir verdad, ya te llevaré con más calma — saco de su maleta de mano una especie de bloc de notas junto con unas carpetas llenas de papeles— Tranquila, no seremos los únicos en la isla, es de un conocido que nos la rento muy amablemente — explicó mientras colocaba sobre su recta y perfecta nariz un par de gafas de lectura que si era posible lo hacían ver un poco más guapo —Además mis amigos se unirán a nosotros en un par de días
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...