Capitulo Uno.

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Capitulo uno.

<<El destino es como un niño, al que se le tiene que cumplir todos sus caprichos disfrazados de necesidades>>

Las bodas suelen ser días llenos de risas, nervios, un poco de histeria y muchas lágrimas sin embargo todo es sinónimo de felicidad, ese día las lágrimas escocen en los ojos porque existe un nudo enorme en el estómago, conflicto con nervios, plena felicidad y un montón de agregados, pero... esta boda era un poco diferente por el simple hecho que en ninguno de los protagonistas veías sonrisas genuinas, de esas que llegan e iluminan sus ojos, y esas lágrimas de nervios no eran porque estaban a punto de realizar uno de sus sueños... esta historia es un poco más complicada

Daisy Rochester contemplaba su reflejo, si bien fue su libre decisión estar ahí en ese preciso momento, ella era parte de un plan que en vez de ayudar a ambos o simplemente los destruiría, complicaría las cosas, pero todo desesperado actúa conforme a su problema, ella no sabía que poseía uno tan grande hasta que él se lo hizo ver, Harry Styles había llegado un día ofreciéndole una salida y ella la tomo después de la creciente insistencia del sujeto, sus ojos verdes esmeralda llegaron a calarla hasta el alma, solo él pudo abrirle los ojos de una forma tan cruda, le confirmo aquello que ella se negó a lo largo de los años, le hizo ver que lo necesitaba

La boda era la pieza clave... así que ahí estaba enfundada en un exquisito vestido, de esos que deben usarse para tremenda celebración, de lo que debían definir a la novia como el mayor centro de atención, uno de esos vestidos que no se parecía nada a lo que en realidad era, la nívea prenda iba ceñida a su cuerpo hasta sus muslos, donde después caía con gracia, el encaje del vestido cubría su pecho y torso, la gaza rozaba sus hombros y brazos por completo, un delicado velo decorado por las orillas del mismo encaje del vestido adornaba su cabeza coronándola con una indivisible tiara, se miró al espejo una vez más tomando una bocanada de aire, agarrando coraje, ella había tomado su decisión y no estaba arrepintiéndose simplemente estaba asustada, porque la vida en adelante no se parecería nada a lo que ella estuviera acostumbrada, porque ese era simplemente el comienzo, aunque ese día el sol estuviera en su punto más alto, brillante y radiante dentro de ella se liberaba una tempestad, agitando cada vestigio de su magullada alma, pero ahora no podía perder la compostura por más que su subconsciente le gritaba que no lo hiciera, que no cometiera tremenda tontería

Su padre la esperaba al final del pasillo, formulo una sonrisa dirigida especial y únicamente a ella, ese tipo de cosas le decía 'es lo correcto' 'por eso es que estas haciendo esto' sin embargo esa misma sonrisa, esa misma mirada le gritaba ¿Por qué lo haces? ¿Por qué lo engañas de esta forma? Camino despacio cuidando que sus zapatos no se tropezaran con la alfombra, contradiciéndose dentro de sí misma una y otra vez

—¿Todo listo querida Daisy?—Pregunto su padre, mirándola con esa mesurada sonrisa que pocas veces lograba ver, ella asintió imposible de proferir una sola palabra por el nudo persistente en su garganta, subieron al coche que los conduciría hasta la iglesia donde todos los esperaban.

—Si.

La catedral se exponía ante ella, antiguamente hermosa, un cielo despejado encarándola, todo era real, esto verdaderamente estaba sucediendo, tomo una última bocanada de aire para después subir la escalinata, las puertas se abrieron a la señal que dio su padre a los encargados, la marcha nupcial comenzó a tocarse, sus miradas se encontraron, un brillante y esmeralda verde contra el verde musgo de ella, ambos estaban aterrados y tensos, sin embargo él logro formar una sonrisa al verle, caminaba despacio, mirando a todo el mundo, ahí estaban sus familiares, los de él, sus inseparables amigos, los de ella, vio a su madre, Edna, quien la reviso de pies a cabeza antes de formular una suave sonrisa... es lo correcto se dijo a si misma llenándose de coraje, llegaron hasta el altar donde el los esperaba junto al sacerdote, su padre la entrego a él sin ninguna palabra solo una mesurada sonrisa que fue recíproca, las emociones estaban a flor de piel

The Deal [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora