<<Borra de mi mente todo recuerdo, cada instante de dolor, remplaza cada memoria dentro de mi cabeza, sostenme cerca de tu cuerpo para poder crear mi templo, mi refugio contra mi propio pasado >>El viento azotaba con fuerza la ventana de la terraza que conectaba con la habitación, el olor a café comenzó a embargar el apartamento, sus parpados se abrieron lentamente ante los incentivos de la mañana, se revolvió en la cama apartando sus rizos para ver el amanecer colarse por las pesadas cortinas, su esposa no se encontraba a su lado, se levantó desperezándose antes de pasar al cuarto de baño donde se despabilo por completo antes de dirigirse a la cocina donde se encontró a la joven dormitando encima de su cereal y café, su largo cabello aún se encontraba húmedo, su maquillaje perfecto como la mayoría del tiempo, por alguna razón siempre se esmeraba más en su vestimenta cuando era lunes y miércoles —Buenos días—su voz era rasposa por seguir un poco dormitado, provoco que la chica despertara— ¿No es un poco temprano?—Cuestiono dándole un pequeño beso en la cien, acto seguido tomo el cereal para servirse el mismo un tazón
—Buenos días, si es temprano, tengo una clase de práctica —bostezo largamente antes de dar otra cucharada a su plato—me siento terrible, pero creo que simplemente es la hora es decir me desperté a las seis por lo general lo hago a las siete una hora es una hora—Explico desperezándose una última vez—Hice té verde está en la estufa—Le dice porque sabe que el café no es su bebida favorita y en las mañanas toma aquella infusión asiática
— ¿Ya te vas?—pregunto al verla comenzar a recoger sus cosas—Espera...
—Lo que pasa es que quiero tomar asiento en el metro ¿es muy importante?—el rio ante la excusa de la chica a lo que ella le respondió con un ligero levantamiento de ceja impaciente
—Ya que estoy despierto yo puedo llevarte sin que pelees por tu vida en ese metro, el cual no tendrías que usar si me dejaras comprarte un coche nuevo, para tu cumpleaños que no tarda claro está—termino su cereal antes de levantarse de la mesa, la chica sonrió al notar que él había recordado la fecha —Voy a cambiarme rápido lo prometo—corrió hasta el armario donde se colocó una playera blanca sus pantalones, tomando sus pesadas botas en la mano para ponérselas en el elevador— ¿Ya tienes todo listo?—Ella asintió, tomando su pesado bolso que pronto el tomo relevándola del cansancio, entraron al elevador donde el coloco sus botas antes de salir al estacionamiento para después dirigirse a la universidad— ¿Enserio no quieres que te compre un coche?
—Enserio, no es necesario el sistema subterráneo funciona a la perfección y detesto el trafico aparte—sabía que el seguiría insistiendo pero la respuesta seguiría siendo la misma—Falta poco para acción de gracias ¿crees que podamos decirle a mis padres que lo vamos a celebrar con tu mama o así?—le propuso acomodando aun húmedo cabello en una larga coleta
—Daisy...—la llamo y ella volvió expectante—Los británicos no celebramos acción de gracias nena así que debes pensar en algo mejor—Ella suspiro con fuerza ante tal revelación— además ¿Qué tan malo puede ser? —Tomo su mano posada en su regazo para apretarla ligeramente
—Tu madre me adora ¿si lo recuerdas? Tu padre bueno él es amable
—Harry acción de gracias no es más que el escenario perfecto para la réplica de la segunda guerra mundial, déjame decirte que tú y yo somos los judíos—volvió a verlo mientras conducía—Hemos cenado con mi familia un total de tres veces desde que nos conocimos y bueno ahora que la de la abuela se canceló no tendremos ese problema, pero escúchame Styles, acción de gracias para mi mama es tan... estresante, tendríamos que ir a Silver Spring desde un día antes y créeme es suficiente para querer asesinar
—Relájate Daisy todo saldrá perfectamente bien... —Se estaciono frente al edificio de la facultad de la chica quien coleccionaba sus cosas para salir—Además no puede ser peor como el primer día que conocí a tus padres ¿o sí?
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...