Capítulo Veintinueve

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<<Un alma dolida no concede el perdón porque aquel que le ofendió se lo merezca, sino que el ofendido es tan estúpido como para dejarlo ir de su vida >>

Las doce en punto sonaron en el reloj de la sala, resonaron por todo el lugar, todos comenzaron a irse a sus habitaciones, después de hacer planes para ir de compras al día siguiente muy temprano, el timbre sonó anunciando una última visita aquel día tan caótico, Daisy subía las escaleras tras de Harry quien bromeaba sobre las compras que realizan al día siguiente, reía más sus ojos parecían apagados como cual bombillas fundidas en medio de la noche, escucho a Thomas llamarla y detuvo su andar para volver a ver quien era la visita, Ciara estaba de pie en el umbral de la puerta mirándola directamente

—Creo que es momento de hablar—Le dijo Thomas decidido, la jovencita miró a su marido quien simplemente se dedicó a devolverle la acción, ella meneó la cabeza en negación con la rabia subiendo por su garganta

—Daisy por favor, eres mi mejor amiga no puedo perderte—Le dijo Ciara con un tono de desesperación perdiendo todo su aspecto desinteresado—Solo dame la oportunidad de explicarte todo... por los viejos tiempos

—Daisy... ve que yo esperaré arriba—Le dijo el inglés soltando su mano, la jovencita quiso intervenir pero el se soltó de su mano y caminó hacia la habitación sin detenerse o decir una sola palabra 

—Pero qué necesidad—Refunfuño la jovencita siguiendo a su hermano y su acompañante hasta la salida al jardín, encendió el pequeño foco trasero que iluminaba y se posicionó en los columpios viejos   con expresión obstinada cruzando los brazos sobre su pecho

—Daisy escúchala haz malentendido todo en realidad—Le pidió su hermano para después dar un cansino suspiro al ver la negación de su hermana—Este lío es mío Daisy y lo siento muchísimo de verdad, todo el problema que te he causado—jugó la carta de víctima (que lo era ante los ojos de su hermana) logrando de esa forma suavizar su expresión para prestarle atención de una vez por todas

—Es cierto, he llegado incluso a discutir con mi padre por tu situación—Le reveló provocando sorpresa en los escuchas, sin embargo no se atrevieron a decir nada al respecto lo que ella aprovecho para continuar con aquel monólogo inesperado—Todos me culpan a mi por un pasado que lamento cada día de mi vida, todo el mundo cree que fui yo quien te indujo a ese tipo de cosas cuando en realidad fue ella—Miro deliberadamente y sin descaro a Ciara quien de inmediato bajó la mirada avergonzada—Y luego me vengo a enterar por una buena e inocente chica quien fue víctima de sus idioteces que no solo era quien te inducía el vicio sino que también te acostabas con ella

—Daisy lo lamento mucho tu sabes que cuando estas...—Quiso intervenir la morena con expresión dolida intentando resarcirse  frente a su querida amiga

—No, no lo se porque no era una idiota con moral flexible como tu—Le dijo sin filtros provocando la sorpresa de ambos—Es mi hermano Ciara, pudiste destruir su vida y la tuya pero a ti no te importa nada solo divertirte y provocar caos

—Somos mayores de edad, sabíamos que estábamos haciendo y fue... algo—Se defendió rápidamente más osca de lo que debería la chica de largos y gruesos cabellos—Pasajero, sin importancia

—Yo no me opuse cuando tu comenzaste a ver a Richard ¡Esto es lo mismo!—Empero su hermano con poca paciencia en sus manos, Daisy negó rápidamente ofendida por tal comparación, un nudo se formó en su garganta y se rehusaba a llorar frente a ella quien había traicionado su amistad, levantó la vista intentando contener sus lágrimas y lo vio... a Harry ahí en la ventana había quitado la madera y todo lo que impedía ver por el balcón, su expresión era adusta parecía cuál búho cuidándola desde las alturas, su cabello del color de las castañas se encontraba todo revuelto

The Deal [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora