<<Mi cuerpo no desea a una extraña... yo te deseo ti>>La vibrante ciudad de Baltimore daba el aspecto como si brillara, aquel viernes por la noche ofrecía infinitas posibilidades para los jóvenes y los no tan jóvenes, ponía sobre bandeja de plata las mejores historias por contar en los tiempos futuros... la chica de muscínea mirada tan mezclada en sus tonos verdes oscuro y café, bajo de la camioneta de su marido que por alguna extraña razón seguía oliendo a él después de toda la semana, acomodo sus largos cabellos una vez mas y bajo el largo de su vestido, se agarro a su bolso y rezo por no caer de bruces debido a sus zapatos altos, miro el letrero en luces garabateadas y neón "the get down" la línea aun no era mucha, saco su teléfono y escribió rápido a Claire que ya se encontraba ahí, segundos después le aviso que ellas ya se encontraban adentro, sin más remedio se formo en la corta línea, reviso nuevamente su vestido azul marino todo parecía en orden solo deseaba poder usar zapatillas pero bueno sabia que eso no era una opción, cuando fue su turno el guardia la miro rápidamente y asintió dejándola pasar, el lugar estaba casi lleno, Claire le hizo una señal para acercarse a ellas, presento a sus amigas Jane quien era su compañera de cuarto y tres chicas más que no podía distinguir quien era quien o cuales eran sus nombres
A cinco horas de distancia se encontraba en medio de un dilema su marido, quien entraba rápidamente al sanitario de hombres en el restaurante, bastante vació, el imbécil de Steve estaba ayudando a Beatriz a conseguir lo que quería, la conversación ya no se trataba de negocios, embarcaciones o rutas marítimas sino de... escándalos amorosos, el matrimonio, y mujeres, su cabeza dolía y su temperamento estaba comenzando a salir, miro su reflejo nunca se había considerado atractivo hasta que tuvo quince años y descubrió que todas las chicas de su clase estaban enamorados de él, su casillero lleno de notas y cada viernes recibía una paliza de parte de un novio dolido, fue entonces cuando comenzó a desarrollar lo que Robín llamaba su "encanto" siempre lo considero como su arma para conseguir lo que deseaba bueno... en este momento era una bendición y una maldición, saco su celular y marco rápidamente a la jovencita sabia que quizás no contestaría pero valía la pena intentarlo, estaba a punto de ir al buzón cuando por fin contesto
—¿Harry?—Grito, se escuchaba como se alejaba del ruidoso ambiente, así era salía del lugar porque sabia que el sanitario estaría lleno de chicas jurándose amarse por el resto de su vida y ni siquiera se conocían
—Daisy—Contesto, el solo hecho de escucharla asosiego su alma, para ser sincero con él mismo no amaba aquella jovencita, la deseaba si pero no la amaba pero sobre todo se preocupaba por ella y la consideraba después de todo lo que habían pasado su mejor amiga... nunca había tenido una de esas y ella parecía calificada
—¿Pasa algo?—Le pregunto, se recargo en la pared de ladrillos pintados de blanco, se estaba congelando pero parecía que algo serio le estaba ocurriendo al hombre de pálida mirada
—Por donde empiezo... veras—jalaba las raíces de su deschavetado cabello en frustración—Bueno técnicamente estamos casados ¿cierto?—Ella le aseguro que literalmente lo estaban—Bien, odio esto ¿Sabes? Tengo un dilema moral en estos momentos y lo detesto porque antes eso no seria una problema simplemente lo haría
—Styles debes ser más especifico porque veras estoy fuera del bar y me estoy congelando así que ve al punto—Urgió maldiciendo que halla olvidado su maldito abrigo en el coche— ¿De que hablas? De nuestro matrimonio, de tus negocios
—Negocios y nosotros, bueno escucha existen situaciones en las que los negocios deben ser pactados, de otra forma...—Comenzó a explicarle como si de una criatura se tratara, se paseaba por los sanitarios como si de un maniaco se tratara
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...