Capitulo Cinco.
<<El dolor sigue ahí, la duda nos devora vivos, la aventura es lo único seguro en nuestros corazones>>
Brillantes y relucientes estrellas intentaban mostrar todo su esplendor en el oscurecido cielo de la ciudad, la brisa dejo de ser cálida para transformarse en una ráfaga helada, pero ni siquiera eso podía apagar la furia contenida del hombre de mirada clara, ahí estaba recluido en su coche frente al bar de siempre, el sistema de sonido reproducía una tranquila melodía, pero en su cabeza solo resonaban las frías palabras de aquella chica, su bello rostro estaba plasmado en su mente, tan hermosa y furiosa, sus apagados ojos verdes eran impenetrables por el disgusto, aun le dolía el pecho porque cuando ella pronuncio su negativa sentía que era el fin del mundo, ¿Cómo era posible? Llevaban apenas un par de semanas de matrimonio y el mundo caía a pedazos... eran jóvenes, estúpidos y tercos
—Maldita sea Daisy...—Pronuncio por lo bajo mientras colocaba un cigarrillo entre sus labios— ¿Estuve equivocado? Después de tanto—Se negaba a creerlo un simple problema no estrellaría sus planes, dolía era cierto porque tener un hijo era lo que el mas quería en este mundo... tener un hijo añadiría una nueva vertiente al plan a su victoria sobre todo, esa idea se quedó en su cabeza ¡Demonios! Se repetía una y otra vez porque las cosas no se resolvían de esa manera
Había bebido suficiente como para ahogar sus ideas, su genio, sus dudas... entro a su coche con un mareo por el alcohol ingerido, lo encendió acelerando lo más rápido que pudo, una inconciencia de su parte pero no sentía ánimos de pedir un taxi o preocuparse por su coche, las luces eran dispersas al igual que la mayoría de las líneas, no había bebido tanto como para no poder conducir sin embargo la perspectiva parecía diferente, escucho algunos claxon reprochándole, miro el reloj del tablero cual marcaba las 2:30 de la madrugada ¿había pasado tanto tiempo ahí adentro? Encontró el edificio, estaciono donde siempre, cuando estuvo consiente ya estaba frente a su puerta, saco las llaves las tiro un par de veces y erro otras tantas porque odiaba la media luz del pasillo, entro al apartamento el cual se encontraba en penumbras, enfoco la vista y las cajas con las pertenecías de Daisy seguía ahí lo que represento un alivio para el castaño joven, siguió su camino porque no sabía que procedía de ahí, tambaleo una vez más por lo que se sostuvo de la columna de la barra...
Ahí estaba entrando al apartamento en medio de las penumbras, arrastrando sus pesadas botas por la duela, su figura podía distinguirse incluso en la oscuridad, su cabello estaba por todas partes, su cuerpo se tambaleaba obligándolo a sostenerse de la barra, la ira burbujeaba en su interior, había pasado toda la noche sintiéndose culpable por sus terribles palabras, por su negativa, obstinación, el caos que había provocado... y él se presentaba de esta forma en plena madrugada, se mantuvo en silencio porque deseaba salir corriendo de ahí en cuanto el cayera a dormir pero eso no sucedió, él se sostuvo de la barra y logro sentir su presencia, levanto su cabeza llena de risos y la miro directamente a los ojos incluso en las penumbras
—Daisy...—Su voz era ronca, cargada de sentimientos
—Harry...—Contesto ella pero su voz estaba cargada de orgullo y empecinamiento
Es como si su estado etílico hubiera disminuido sobre manera al encontrarla ahí sentada sobre la esquina de la cocina integral, sus ojos era duros y fríos nuevamente, eso le hacía hervir la sangre, ella nunca había sido de esa forma no a esos extremos, se acercó a ella quien no se movió de su lugar seguía mirándolo de la misma manera, se acercó lo suficiente hasta estar frente a ella, murmuro en su oído con una ronca voz colmada de significado
—Buena noches señora Styles—Un escalofrío recorrió la espina dorsal de la chica
—Que pretendes...—Seguía gélida como tempano
Eso no lo detuvo poso sus largas manos en sus piernas expuestas por el camisón que llevaba puesto, lo miro confundida a lo que él respondió con una sonrisa suficiente, porque necesitaba derretirla, detestaba su frialdad e indiferencia... con todo su ser, tomo bruscamente su rostro para estrellar sus labios sobre los de ella, produciendo el efecto que esperaba, ella respondió inmediatamente aferrando sus piernas a su torso jalando de sus cabello desenfrenadamente ante la fuerza y energía del beso, la levanto sin mayor esfuerzo enloquecida por la adrenalina recorriendo sus venas, la llevo a la habitación, sabía que no llegarían lejos ella no lo permitiría pero valoraría hasta donde llegara, Daisy repetía su nombre en suaves susurros, sus delicadas manos arañaban su espalda por debajo de la camisa celeste, él se atrevió a bajar el camisón de la chica acariciando su pecho con la misma energía con la que la besaba, la había derretido y eso lo hacía sonreír entre los besos compartidos, asaltaba su cuello frenético, sus botas surcaban el colchón
—Harry...—Susurraba delirante—No podemos... no ahora—Logro decir entre besos, su consiente luchaba por salir a flote entre ese asalto de adrenalina
—Lo sé—Acepto él chico sin parar de acariciarla y besarla—No llegaremos a nada... tranquila—La beso nuevamente, acaricio sus piernas entrelazadas a lo que ella sostuvo su respiración—Es mi forma de disculparme por ser un imbécil—Su camisón había desaparecido al igual que la camisa de él, Harry pararía ella lo sabía pero su disyuntiva estaba entre querer que lo hiciera o no
—Yo también lo siento—Acepto la chica sintiendo la largas manos de su marido por todas partes—Fui una perra... lo lamento—Sus labios volvieron a encontrarse, la mata de risos del hombre sobre ella estaba fuera de control al igual que sus hormonas, mordió su labio conteniéndose a sí misma
—Sigo siendo un imbécil está bien—Le murmuro al oído mientras acariciaba su pecho—Siempre lo seré...—La chica mordía su labio con fuerza podía sentir como algo de sangre salía del mismo, su voz, sus manos, su aroma todo era demasiado para ella—El hielo se está derritiendo entre mis manos nena —Solo él entendía sus malditas palabras, lo miro directamente a los ojos oscurecidos por el deseo y supo en ese mismo instante que la tentación era mucha y uno de estos días estaba dispuesta a caer en ella...
Espero sea de su agrado, por ahora son capítulos muy cortos pero conforme vaya evolucionando la historia se irán haciendo más extensos los capítulos.
Quiero conocerles un poco más cuéntenme de que país nos leen
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...