<< Mi alma llora como cual niño asustado, un hombre solo y derrotado por sus propios pecados >>La débil luz matutina iluminaba la estancia, todo en silencio, apacible, hasta que la chica de revueltos y oscuros cabellos escucho la estridente alarma proveniente de su teléfono celular, lo reviso rápidamente antes de caer profundamente dormida nuevamente, a su lado sintió el pesado cuerpo del ingles quien seguía durmiendo como cual tronco, no tuvo otra opción más que desperezar su cuerpo para apartar las mantas y enfrentar él día, su cabeza dolía se había quedado despierta hasta tarde repasando los últimos temas, al salir de la ducha observó la cama vacía lo cual era inusual, Harry por lo regular dormía hasta después que ella salía... o eso creía, amarró su bata con fuerza para que no se colara el fresco aire que rondaba por la habitación, lo encontró en la cocina retirando el agua caliente del fuego
—Buenos días—Dijo ella arrastrando sus pies enfundados en pantuflas hacia una de las sillas de la mesa— ¿Por qué despertaste tan temprano?—Pregunto aceptando la taza humeante de café que le ofrecía el hombre de cabellos rebeldes
—Buenos días, tengo unos papeles que revisar antes de prepararme, mandar una docena de e-mails que mi secretaria no puede hacer porque ella debe enviar otros cincuenta y todo eso antes de las ocho de la mañana—Tomo un sorbo de su té que por el olor delataba que era de manzanilla— ¿A que hora fuiste a dormir anoche?
—Tarde, después de revisar unos apuntes, espero pueda asegurar el pase—Dijo formando una mueca de disgusto—Mi madre llamó como a las doce, me pareció loco pensé que algo serio había sucedido pero no
—¿Por qué llamo? — bostezo desperezando su cuerpo se había colocado el pijama y una playera blanca encima, coloco su cabeza en el cuello de su esposa
—Olvidaste un sweater en mi habitación, lo lavo y lo puso justo sobre mi cama para cuando volvamos, le repetí que iríamos hasta después de año nuevo pero fingió no escucharlo para nada y colgó— Se encogió de hombros mientras tallaba sus cansados ojos mientras él rodeaba su cintura con sus manos
—No recuerdo ese sweater... ¿Seguro no es de otro de tus maridos?—Bromeo levantando sus juguetonas cejas, ella se limitó a negarlo mientras se alejaba para colocar su taza en el fregadero—En estas mañanas me pregunto ¿De verdad quiero ese título? estoy tan cansada que quiero llorar, tengo mucho frio y ganas de llorar —Formó un puchero sintiendo como su marido se acercaba
—Siempre puedes casarte con un apuesto y adinerado hombre dueño de la naviera más grande de Baltimore—Respondió entre risas colocando la taza en el mismo lugar que ella para besarla cortamente mientras la empujaba sobre la encimera
—Sería buena idea ¿Conoces a alguien así? Por favor dime que Zayn—Bromeo ella inclinando la cabeza para mirarlo exponiendo una enorme y burlona sonrisa
—Eres idiota—Beso sus labios cortamente—Ve a cambiarte y luego ve a aprobar ese examen no me case con una retardada—Ella sonrió mientras se dirigía a la habitación, él se encamino al sofá donde se coloco los lentes de lectura porque el mundo sabia como odiaba la luz de su computadora, Daisy salió en menos de diez minutos con un atuendo bastante peculiar para ser ella—El examen es de disfraces —Levanto una ceja con su sonrisa burlona
—No me voy a vestir para ir a presentar por dos horas y luego regresar a casa a seguir estudiando así que usare esto—Le explico mientras él inspeccionaba su atuendo que consistía en unos pantalones de yoga en color negro una de sus playeras grises que juraba aun no estaba lavada, unas botas afelpadas y su cabello elevado en un moño revuelto sin maquillaje
—Esa es mi camiseta y estoy seguro que esos son mis calcetines y esos pantalones de yoga son inadecuados porque tu no vas a hacer yoga y son demasiado ajustados para mi agrado—se burló dejando su computadora a lado—Ósea yo entiendo que no quieres que los chicos se te acerquen pero los pantalones no ayudan puedo ver tu trasero y no me gusta la idea que alguien más pueda verlo
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...