Capitulo Veintidós

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<<Escapa de ahí... huye lo mas pronto posible que tu alma sucia esta a punto de ser corrompida... un poco más >>

El sol luchaba por salir de entre las espesas nubes posicionadas en el cielo de Baltimore, el viento helado de aquella mañana azotaba levemente los cristales de las ventanas, el sonido estrepitoso de su alarma sonó y fue ignorado deliberadamente, a los pocos minutos volvió a escena obligando a la joven de cabellos revueltos abrir por fin los ojos para desperezarse, el ambiente frío se coló en su cuerpo, tomo el teléfono girando al vació lado de la cama, parecía tan helado, quizás ahora ya después de dos días de su partida la verdadera soledad la golpeaba en la cara, volvería en un par de días eso dijo ya que su viaje tuvo que extenderse un poco, asuntos de adultos pensó ella mientras se levantaba de la cama, la duela atemperada contra sus enguantados pies, se preparo para el día salió de la humeante ducha aun con sentimiento de nostalgia sobre su corazón...

Enfundo su atuendo, arreglo su alborotado cabello y definió su pálido rostro, no sentía ánimos de cocinar pero un buen café no se lo negaba a nadie, se tomo el tiempo de sentarse a contemplar aquella silenciosa mañana, reflexiono lo sucedido en esos tres días, Thomas le había confesado todo, descubrió el engaño de la que creía su mejor amiga, pero ahora se sentía... bien un tanto cínica ante los sucesos, salió de ahí tomando la camioneta de su marido y conduciendo hacia el campus, al llegar estaciono cerca de la facultad, caminaba despreocupada, vio a lo lejos a aquella chica rubia que la ayudo a recuperar a su hermano, miro su teléfono y aun tenia tiempo, se acerco un tanto insegura hacia ella colocándose justo a su lado en el césped agradeciendo que no estuviera húmedo

—Hola Claire—Saludo con tímida sonrisa, la chica sonrío de inmediato mostrando sus peculiares caninos provocando que su gesto pareciera sagaz   

—Hola Daisy ¿Qué tal va todo?—Le pregunto aun conservando su gentil aspecto— ¿Resolviste todo?

—A eso vine—Dijo provocando que ella la mirara intrigada—He venido a agradecerte, ese día si que me ayudaste Claire, en verdad no lo habría logrado de no ser por ti

—Me preocupo por Thomas y... tú eras la indicada para hacerle entrar en razón—tomo su hombro dándole ánimos

—En realidad no hice nada... —Ella volvió a verla con interrogantes en su expresión—Todo ya estaba hecho, mi hermana mayor, su marido y mi padre lo arreglaron—Le confeso a la rubia quien escuchaba con atención—Deberías verle es otro, le va a tomar tiempo salir de todo ese cuadro detestable pero...—su voz se fue apagando al ver que la chica morena de largas trenzas caminaba hacia ellas con mirada suplicante, no pudo moverse lo suficientemente rápido para cuando se posiciono frente a ambas— ¿Necesitas algo Ciara?—Le pregunto con tono doliente

—Dais... quiero hablar contigo, por favor—Su voz era igual de ronca y despreocupada como siempre, aquella apariencia despreocupada no la dejaba por nada, más su mirada suplicaba por una oportunidad

—Una lastima que no quiera hablar contigo— Su voz salió más dolida y sarcástica de lo que realmente era su intención—Ciara, de verdad necesito espacio ¿Si?—la que fue su amiga la miraba sorprendida, suspiro cansinamente asintiendo sin más remedio, dio media vuelta y se marcho por donde vino—Lamento eso... a veces suelo ser un poco cruel

—Thomas me lo dijo, pero que en realidad eres un dulce—se escucho una carcajada leve—Seguro era uno de esos agridulces ¿Cierto?—Daisy compartió su risa asintiendo deliberadamente— ¿Tienes algo que hacer hoy después de clases?—Cuestiono deshaciéndose de su timidez de apoco—Mi amiga y yo iremos un rato al Downtown ¿Vienes?

—Me encantaría en realidad—acepto sin pensarlo

—Esta bien, a las seis aproximadamente—Le aseguro la rubia a la chica quien se levantaba rápidamente, trotando hasta desaparecer entre la multitud, entro corriendo al aula donde la mayoría ya se encontraba en su lugar habitual, miro el suyo, Ciara estaba ahí, cambiarse abruptamente habría sido extremadamente obvio de su coraje así que decidió tomar su lugar habitual, la morena la miro de reojo a la castaña quien sacaba sus pertenencias mientras la maestra entraba en el aula

The Deal [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora