Capitulo dos.
<<Dime tus intenciones, te diré las mías, busquemos conquistar aquello que aún nos es desconocido >>
Acepto...
Una simple palabra que tiene el poder de unir vidas, personas, familias, destinos...semejante acción une su vida a la de ella, de pronto siente como en su pecho se aglomera la angustia, el temor... el miedo de todo lo que se avecina, porque podría parecer que juntos caminarían hacia el paraíso, más sin embargo él sabía que ambos se apresuraban sin escalas y de prisa hacia un huracán, hacia la punta de la tempestad que los estaba esperando impaciente, sonriendo de una forma malévola por destruir sus vida como ni ellos mismos se lo imaginaban, él lo sabía y estaba aterrado
Miro a Daisy a través del jardín mientras bailaba con su hermano Thomas, se veía entretenida, se movía al compás de la música en brazos de su hermano, su cuerpo balanceándose con gracia, su cabello volando por la pequeña brisa y una sonrisa plasmada en su rostro, sabía que no era por la boda sino por la charla que mantenía con su hermano quien formulaba todo tipo de gestos cómicos provocando que su hermana rompiera en carcajadas, Daisy... la dulce pero testaruda Daisy, sabía que su corazonada aquel día era certera, por muchas negativas que ella le dio en medio de esa tempestad, insistió como un loco, y la desesperación que sintió fue verdadera, lo asfixiaba como cual soga atada al cuello, no sabía porque se aferraba tanto a la idea que ella debía ser la elegida para sus planes...
— ¿Entonces no te casaras conmigo?
Había dicho lo más sincero y desolado que había podido, sus ojos reflejaban con exactitud todo lo que su voz gritaba lleno de desasosiego en su interior, ella le dedico una mirada confusa antes de echarse a reír a verdaderas carcajadas por sus palabras, ¿Así que toda esa situación le parecía cómica? No estaba seguro si de su propuesta o de lo ridículo de la situación, él aprovecho para acortar la distancia entre ellos para seguir con su convencimiento, no podía perder tiempo cuando su futuro pendía de un delicado hilo
—De verdad eres ridículo—su risa fue cesando conforme lo vio acercarse a ella —Suficiente con tu broma Harry, estoy mojada, cansada y tengo suficiente problemas en mi vida como para que tú te entrometas—Le declaro volviéndose a colocar la ya empapada mochila en su hombro, dedicándole una emponzoñada mirada, el agua había calado hasta sus huesos podía sentir como su cuerpo temblaba involuntariamente
—Daisy, entiende que esto no es una broma, déjame explicarte— Insistió, ¿de dónde había sacado ella que eso era broma? Podía verla retorcerse las manos en gesto nervioso y mirar a todas partes buscando algún tipo de ayuda, siguió decidido—Pero para eso necesites que aceptes primero casarte conmigo, solo así podré decirte todo—Explico tomándola nuevamente de un brazo, lo que la sacaba de quicio, esa constante insistencia de mantener algún contacto con ella ya sea visual o físico
—Una pena para ti que no estoy ni interesada, ni soy curiosa en ese aspecto o negocio como tú lo llamas—Le dejo claro de la forma más sencilla posible que no deseaba estar involucrada, estaba cansándose de la situación, aunque la mirada del joven le suplicara a gritos que aceptase
El silencio se plantó entre ellos una vez más, el seguía reteniéndola por el brazo, una suerte para él que no había un alma en las calles debido a la fuerte lluvia, solo algunos coches pasando, ella lo miraba de una forma compleja, seguía enfadada pero no tanto como antes, era más bien asustada, no estaba seguro si era la lluvia o de él quien la asustaba de esa forma
—Deja que te acerque a tu casa, está lloviendo horrible y te has perdido intentando huir de mi—Ofreció insistente, al final del día era un caballero, él también estaba empapado, sus rizos se pegaban a su cuello y mejillas, la camisa de vestir y sus pantalones de pinza se había estropeado por completo, ella no respondió inmediatamente en cambio medito un par de segundos hasta asentir silenciosamente seguramente ya cansada de discutir y estar empapada con el frio que hacia— Por aquí, no está muy lejos la camioneta—Se rio por lo bajo mientras comenzaba a caminar con ella por detrás, el silencio se mantuvo hasta pasar las calles y vislumbrar la camioneta negra del sujeto, la abrió desde el control y se apresuró a abrirle la puerta a la chica—Solo dame las indicaciones ¿está bien?
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...