Y ahora estaba ahí de vuelta en esa simple y diminuta habitación dispuesta a empacar todas sus cosas después de una rápida luna de miel que consistió en ella, Harry y los chicos porque no era una verdadera luna de miel y ellos llevaban planeando ese viaje durante meses, no tenía corazón de interrumpirlo por una fingida luna de miel de la que ellos también estaban al tanto, llevaba ya la mitad de la ropa empaquetada en las cajas, escucho como la puerta se abría y a unas pesadas botas pisar el suelo del apartamento, la misma mata de rizos revueltos apareció tras el marco de la puerta
— ¿Necesitas ayuda?—Pregunto su voz con ese claro acento, llevaba la ropa del trabajo muy parecido a lo que uso cuando se conocieron, pantalones de traje pero esta vez la camisa era de un color celeste, arremangada mostrando la gran variedad de tatuajes que poseía
—Estoy a la mitad gracias—Levanto una caja pesada del suelo—Solo que me perdí en el espacio como me gusta hacerlo—Sonrió apenada por sus ya conocidos trances—Pensando, recordando
— ¿En qué?—Apilo una caja sobre otra en la alfombra magenta de la habitación— ¿es algo importante?—Abrió otra caja listo para ayudar a la chicas con sus pertenencias regadas por toda la habitación
—En la primera vez que estuviste aquí— le confeso con las mejillas enrojecidas — ¿Recuerdas nuestra estúpida idea? —Lanzo uno de sus suéteres marrón en la caja, quien ahora era su marido la miro con el ceño fruncido—Claro que nunca funciono, fue una estúpida idea además ¿eso cómo iba a ayudar en mi parte del trato?—Balbuceaba con comedia al recordar sus medidas desesperadas
—Daisy...—La llamo Harry desde el otro lado de la habitación pero la chica no lo escucho
—Es decir se supone que debía ser todo perfecto, además aun no termino la universidad y... es tan difícil con el hospital y además ¡Míranos! ¿De verdad pensarías que pudiéramos tener un bebe? No creo que sea una buena madre o tu un buen padre —El permanecía en silencio mientras la chica seguía balbuceando y llenaba la caja con sus prendas o pertenencias—No es que llevemos tanto tiempo juntos pero...—Fue entonces que ella reparo en el semblante ensombrecido del chico y su permanente silencio— ¿Qué sucede?
—Daisy... yo si quiero tener un hijo...—Sentencio con aire sombrío y la seriedad marcando sus regios rasgos
Ella sintió como si un balde de agua helada le fuera lanzado trayéndola directo a la realidad, porque Harry la miraba con los ojos enrojecidos porque ella no supo cuando cerrar su boca, y Dios sabia la cantidad de veces que intentaron que algo sucediera entre ellos para seguir con su plan pero fue ella quien se negó rotundamente a toda esa farsa que según sus propias palabras "era demasiado"
—No puedes hablar enserio...—Y en ese momento ella deseo haber cerrado su maldita boca porque el hombre de ojos claros reflejaba pura tristeza y furia dentro de él, no dijo nada simplemente lanzo una última prenda en la caja, tomo las caja apiladas y salió del apartamento hecho una furia— ¡Genial!
El tiempo paso y no había señal del joven con cabellos rizados, acabo de empacar casi toda su ropa y la mayoría de sus pertenencias, después volvería por el resto, ahora se ocuparía de buscar al que ahora era su marido, miro por la ventana y la camioneta negra seguía estacionada justo afuera, se lamentó agotada y salió al bochornoso y nublado exterior, conforme se acercó al vehículo logro diferenciar el humo que salía por un lado de él, lo rodeo lentamente para encontrar la imagen de su marido perdido, taciturno dentro de sí mismo exhalando el humo del cigarrillo que tenía entre los labios, se acercó lentamente, cuando aún estaba a distancia considerable él se atrevió a hablar
—Sé que es difícil imaginarme a mí como padre pero puedo hacerlo Daisy—No la miraba a los ojos directamente como solía hacerlo, en el poco tiempo que llevaban juntos se dio cuenta que si no lo hacía era un claro factor de su enfado y rechazo hacia ella
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The Deal [H.S]
Romance-Tus razones son más nobles que las mías Daisy-volvió a colocar su cabeza en el cuenco de su cuello inhalando su olor, disfrutando del momento, avivando las chispas entre ellos, podía sentirla estremeciéndose -No debes temer Daisy... no te haré daño...