Capítulo 16: El cine

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—¿Cómo es la relación de tus padres?

—Ellos... son felices juntos.

—Meadow, cariño —levanté la vista del suelo y la posé en Yarely—, Sé que es difícil para ti, pero tienes que ser sincera e intentar no ocultar nada.

—Sí, lo siento —murmuré—. Sinceramente pienso que no se han separado porque llevan muchos años juntos, pero sus vidas se han convertido en rutinas aburridas y tediosas y el amor que se profesaban se ha ido extinguiendo poco a poco.

La señora Straw asintió lentamente.

—¿Fue Giovanni quién te inculcó pedir perdón por cualquier cosa?

—No, él sólo —suspiré—, sí, fue él —me retracté.

¿Por qué seguía defendiéndolo a pesar de todo lo que me había hecho?

—¿Tienes muchos amigos?

¿A qué venían ese tipo de preguntas?

Respondí igualmente.

—No, solo tengo a Alizee, mi mejor amiga, ella es todo lo contrario a mí, sociable y extrovertida, y antes salía con su grupo de amigos.

—¿Tú nunca has sido así?

Hice una mueca apenada.

—En realidad, sí —admití—. Me encantaba salir de fiesta, bailar, ir a la bolera, al cine... era muy alocada, pero... ya no soy así, ahora he mejorado, he cambiado, soy más centrada y sensata.

—¿Mejorado? ¿Es así como lo describirías?

—Es que yo... salía mucho y eso no era bueno —negué con la cabeza—, no era lo adecuado para una chica, ni para una mujer.

—¿Siempre has pensado de esa forma? ¿Qué no estaba bien lo que hacías?

—Yo... yo —balbuceé sin saber que decir.

—Vale —sonrió un poco—, Tranquila, no tienes porqué responder a todo.

—No —murmuré—, está bien.

Asintió y formuló la siguiente pregunta.

—¿Cuándo empezaste a dejar de salir con tanta frecuencia?

Cerré los ojos y respiré hondo.

—Desde que conocí a Gio —musité reconociendo que me había manipulado una vez más.

—Bien —se ajustó las gafas—. ¿Qué vas a hacer hoy?

—Me quedaré en casa con mi mascota.

—¿No te apetece salir? —cerró su libreta.

—No —me removí incómoda en mi sitio—, No mucho ¿eso... eso está mal? Antes ni siquiera lo dudaba y ahora... Alizee es quien logra que me dé un poco de aire fresco.

—No es cuestión de si está mal o bien, no puedes forzarte a hacer algo que no quieres, tienes que dejar que salga de forma natural, de ti, que realmente lo desees. Pero es importante que comiences poco a poco a retomar aquellas cosas que te gustaban hacer antes, como salir con tus amigos. Es vital que trabajes en ti misma y que te des la estimación que mereces.

—Es complicado —bisbiseé intentando defenderme.

—Nadie ha dicho que no lo sea cariño —apretó mi hombro en un gesto cariñoso—, Pero tranquila, lo conseguirás.

Le di las gracias con una sonrisa y me salí de la consulta.

Abrí la puerta del apartamento tarareando una canción, Daylen me había hecho una copia de las llaves para que no tuviera que estar dependiendo de él cada vez que salía.

El Chico del Piso de ArribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora